Maria Salom, durante la entrega de los Premios Mallorca 2011. | Jaume Morey

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La sobriedad del acto de entrega de los Premis Mallorca de Creació Literària en la sala de audiencias de Palau Reial estuvo ayer a la altura de unos galardones en declive. De ser los mejor dotados en lengua catalana, en su día por encima del Ramon Llull de Planeta, y entregados en pomposas ceremonias en el Teatre Principal de Palma, entre 2005 y 2009, pasarán en 2012 a convertirse en unos premios «honoríficos» y sin gratificación económica.
Isabel Olesti Prats, en narrativa (50.000 euros) por La pell de l'aigua; Pere Joan Martorell, en poesía (10.000) por Oracle, y Jordi Ortiz Casas, en narrativa juvenil (10.000) por In absentia (Judici a la terra), recibieron el diploma que les acredita como los últimos escritores a los que se les premiará con una contraprestación económica por ganar estos galardones. Por cierto, a estas alturas aún no han cobrado los de 2010.
«El Consell dará continuidad a los premios». Pero «en las próximas ediciones, serán puramente honoríficos», anunció Salom, quien justificó esta decisión en que, «en 2005, cuando se celebró la primera edición de los premios, eran tiempos de bonanza». «En la actualidad hay otras prioridades, que no las marca el Consell ni otra institución, sino los ciudadanos, que nos piden que dediquemos nuestros reducidos recursos a crear ocupación, a incentivar la economía y ayudarlos a salir de la crisis», añadió.
Sin representaciones
La ceremonia fue ayer una reunión, entre premiados y organizadores del evento. No hubo representación literaria en este acto, tampoco asistieron los jurados. Sólo las principalse autoridades, ganadores y medios de comunicación. No estuvieron, por ejemplo, los consellers de PSM-IniciativaVerds-Entesa porque «no han sido informados de la celebración de la entrega de premios», lamentaron. Fue un acto simple, rápido y precipitado, y marcado por un nuevo mensaje negativo para la cultura.