«Estaba un día en casa con Pilar», recuerda Janer, «y saqué un montón de cosas, entre los que estaban las cartas de Llompart y Moll, algo que le interesó. Quiso revisar si se conservaban las que yo envié para hacer un libro, y el fruto ha sido Diàlegs entre tres ».
Faner comenzó a escribir estas cartas cuando tenía 22 años, y encontró en estas dos personalidades «amigos y mentores». Llompart fue un «buen crítico, que me ayudó mucho», mientras que Moll «me aportó su experiencia como editor y corrector, además de presentarme a otros escritores», recapitula Faner. «Un día me llevaron al bar Bosch, donde Llompart hacía de maestro de ceremonias, y allí nos encontramos con varios literatos, entre ellos Gabriel Janer Manila, Maria Antònia Oliver y Jaume Fuster. Congenié mucho con Llompart, tanto es así que, cuando gané el premio Sant Jordi, me escribió un prólogo, aún cuando en su despacho tenía un cartel que rezaba 'no escribo más prólogos'».
Una de las cosas que se puede ver plasmada en las cartas es la censura que había en los años 70. «Presenté una obra al premio Ciutat de Palma, L'arcàngel », rememora su autor. «Me la censuraron por, según ellos, tener contenido erótico, algo que hoy en día sería superado por cualquier anuncio de lencería. Sin embargo, lo volví a presentar, me lo aceptaron, y gané el premio».
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