El doctor Jekyll y Mr. Hyde, las dos personalidades de un mismo ser. Cara y cruz de una moneda creada por Robert L. Stevenson y que propició la adaptación que se estrena hoy en el Auditòrium con un «bizarro vestuario»: Jekyll & Hyde .
ESCENA
El Auditòrium se viste con el «bizarro» atuendo del cabaret de 'Jekyll & Hyde'
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Como amante del teatro y de los musicales, fui ayer a ver esta adaptación de Paralia Teatre. Muy buenas intenciones, una escenografía senzilla, donde el juego de luces permite crear los diferentes espacios donde transcurren las acciondes, el Cabaret y la consulta del doctor, bastante conseguida. A pesar de algunos fallos de luces que interrumpen la atención del espectador. El protagonista masculino, sufre la tranformación de este tratorno bipolar, de manera sencilla, un cambio en el peinado, actitud corporal y voz, una voz, que en ocasiones es forzada y cuya intensidad va desvaneciéndose a lo largo del tiempo, pero un reconocido trabajo y esfuerzo. Unas cabareteras con un vestuario muy sexy, pero con falta de intención, en ocasiones frías, sin hacer entrar al espectador en un auténtico cabaret. Erika Hoffman,un papel con mucho peso en la obra, pero no tanto en esta adaptación. Buena voz de la actriz, pero una interpretación vaga, un intento de... pero no se produce la magia. Una pieza que parece pensada para esta actriz, para su bonita voz, pero con alguna canción que no se corresponde con la época. Unos tópicos que en este caso, al tratarse de una obra que toca el tenebrismo, la tensión, tal vez, el terror, roza la comedia. Un proyecto demasiado ambicioso, unas interpretacions que no nos llegan, pero un merecido esfuerzo, que seguro que con las funciones se va perfeccionando. Grandes ánimos para esta compañía, que estrena su segunda obra.