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Hoy se cumplen cien años de un trágico suceso ocurrido en la Catedral, el incendio de la Capella de Sant Bernat, situada muy cerca del Portal del Mirador, que quedó destrozada, aunque la bóveda resistió. Ultima Hora, que era un periódico vespertino, publicó la noticia el mismo día. Fue el 30 de agosto de 1912 sobre las 14.15 horas. Cabe recordar que, en ese momento, la reforma diseñada por Gaudí para el interior del templo estaba en pleno proceso.

El beneficiado de la Seu Bartolome Moll ha ido recopilando datos sobre aquel accidente, tanto en los libros oficiales de la Seu como en los diarios de la época, y ha conseguido unas fotografías de aquel aciago día, imágenes cedidas por las sobrinas del entonces canónigo Bartolomé Pascual, que ilustran esta información. Precisamente, cuenta Moll, el canónigo Pascual había salido a pasear por las afueras de la ciudad y camino de Bellver vio el humo. Como curiosidad, Moll añade: «Se da la casualidad de que la Capella de Sant Bernat era la sacristía de Bartolomé Pascual, que luego fue obispo de Menorca».

Con la información aportada por Moll, reconstruímos aquellas horas: La ciudad se moviliza tras conocer la noticia de que hay fuego en la Seu. Los diarios de entonces no se ponen de acuerdo si fue un niño o una niña, que había ido a coger agua de la cisterna del claustro, quien dio la voz de alarma.

El fuego se propaga por toda la capilla, decorada con un retablo barroco de Francisco de Herrera, las naves de llenan de humo y la temperatura del interior del templo sube varios grados. Tanto, que los murciélagos caen muertos desde lo alto y se rompen vidrios del rosetón que da a l'Almudaina.

Las campanas de la Seu entonan el toque de incendio y rápidamente se forma una cadena humana para el transporte de cubos de agua. Aunque consiguen que el fuego no se propague por el resto del templo, la ruina del retablo no se puede evitar. Sobre las 14.42, cae al suelo calcinado.

Los arquitectos Benàssar, Alenyar y Alomar acuden sin demora y éste último dirige las primeras labores de extinción. También lo hacen las autoridades, bomberos y soldados. Además, cuentan con la colaboración del cañonero Nueva España , anclado en la bahía, desde donde se transporta una bomba para sacar agua de la cisterna.

Se dice que el incendio se produjo por culpa de una vela que prendió en el vestido de Santa Rosa de Lima, una imagen del retablo.