El cementerio de Palma acogió ayer este acto en recuerdo a Josep Maria Llompart. | Jaume Morey

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La voz y la memoria de Josep Maria Llompart (Palma, 1925-1993) recibieron ayer un sentido homenaje en Palma con motivo del 20 aniversario de la muerte del poeta, que se conmemora hoy, en una lectura poética a la que asistieron familiares, compañeros y amigos del escritor. Este «emocionante» acto tuvo lugar en el Cementerio Municipal de Ciutat, donde descansan los restos mortales del literato, activista e intelectual, y que contó con la participación de cerca de una treinta de personas.

Cabe recordar que esta iniciativa surge de la sociedad civil, que «recuerda y admira» a una de las figuras literarias catalanas más importantes del siglo pasado. Ningún representante institucional hizo acto de presencia. La convocatoria sirvió «para mantener vivo» el espíritu de Llompart, como recordó su sobrina Cèlia Riba durante el acto, al que se sumaron escritores, profesores universitarios y otras personalidades de la cultura y la educación como, entre otros, Francesc Moll, Antònia Vicens, Jaume Corbera, Damià Pons, Joan Perelló, Bartomeu Mestre ‘Balutxo', Macià Calafat, Pilar Arnau, Susanna Moll, Climent Garau, Pere Morey, Marisa Cerdò, Gabriel ST Sampol, Miquel Àngel Llauger, Gabriel Janer Manila, Maria Camacho o Xavier Abraham.

Tras encontrarse en la entrada principal del campo santo, los asistentes se dirigieron, primero a visitar y rendir ofrenda a la sepultura de Llompart, y, después, procedieron a la lectura poética en una zona muy próxima a la tumba. El primero en alzar su voz fue Jaume Corbera, profesor de la Universitat de les Illes Balears y exalumno de Llompart. Le siguieron, entre otros, Francesc Moll o Miquel Àngel Llauger, quien puso voz a los versos del poema número 17 de Capella dels Dolors. Uno de los momentos más emotivos del homenaje llegó con el joven Tomeu Crespí, hijo del escritor Rafel Crespí, quien leyó de memoria un extenso poema de Llompart que emocionó a los presentes.

Cèlia Riba dió las gracias a las personas que se acercaron ayer al cementerio. Varios allí aseguraron que «seguro que si Josep Maria pudiera, saldría ahora de su tumba».