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Una escultura de Simó Ballester daba la bienvenida, ayer, en Es Baluard, a cerca de medio millar de visitantes que acudieron a la inauguración de la exposición retrospectiva del artista Llorenç Ginard (Manacor, 1935).

Ginard definió la muestra como «la representación de la trayectoria de mi vida». Una colección de esculturas con formas humanas es el eje central del itinerario que siguieron los presentes en la tarde de ayer. Insectos, pero sobre todo torsos desnudos y voluptuosos evidencian la influencia y procedencia de la obra de Llorenç Ginard, quien tuvo a Jaume Mir de maestro en la Escuela de Artes y Oficios de Palma.

Era casi imposible detener a Llorenç Ginard para formalizarle una serie de preguntas. Le abordaban los saludos de familiares, amigos y desconocidos que le daban la enhorabuena por su trabajo.

Esta exposición, comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta, incluye, también, piezas que plasman la percepción de la guerra de Irak, como Ferit de guerra (2009).

A modo de resumen, Ginard explicó que su historial proviene de «una evolución de forma inconsciente; trabajas y va saliendo».

Un vídeo con una entrevista al artista se incluye en la muestra de Ginard, miembro fundador de los grupos de artistas Drac y Dimecres, en los años 60 y 70 del siglo pasado.