Algunos de los representantes de Illescena, el día en que se presentó la asociación. | Teresa Ayuga

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«Un golpe a traición», así define la Associació d'Empreses Balears d'Arts Escèniques, Illescena, la anulación de las ayudas institucionales a la producción en diciembre de 2011, «una vez convocadas y cuando la totalidad de la inversión ya se había hecho», explica la asociación en un comunicado que entregó el pasado viernes al Consell de Mallorca para que «repare» la suspensión «ahora que el Teatre Principal de Palma ha recuperado parte de su deuda en concepto de IVA».

Esta demanda se debe a que «el Consell suspendió las ayudas con una razón tan peregrina como que el Teatre Principal tenía una deuda de 1,7 millones de euros», lo que supuso «que dieciséis empresas de artes escénicas de Mallorca se convirtieran en financiadoras de una deuda de la que no eran responsables [...] en una acción que, pese a ser legal, dejaba patente una falta de principios notable», reza el comunicado.

Por eso, en la última asamblea de la asociación, celebrada el 6 de marzo, se acordó redactar el escrito y entregarlo al Consell, desde donde el vicepresidente de Cultura, Joan Rotger, aseguró ayer que «lo he leído», aunque «de momento no hay comentarios, porque hay que valorar lo que reclaman».

300.000 euros

En concreto, explica el comunicado, el Consell aseguró a través del BOIB una partida de ayudas de 300.000 euros, «un 35 por ciento del total de la inversión en producción» que aportaron. Que las empresas tuvieran que asumir un dinero con el que contaban «dejó el sector prácticamente en quiebra, una quiebra que supuso el despido de más de un 50 por ciento de los puestos de trabajo que soportaba el sector en 2011».

Las reglas del juego

El presidente de Illescena, Biel Jordà, reconoció ayer que «2011 fue catastrófico», invertir un dinero que daban por seguro y que nunca llegó «generó un gran vacío, un pozo brutal». Ya en 2012, «para arreglar las ayudas en producciones del año anterior, se englobaron con las del mismo año, lo que generó problemas para justificar los gastos pasados», explicó Aina Gimeno, vicepresidenta de la asociación. En definitiva, «cambian las reglas del juego cada año, y eso dificulta tener unas líneas de actuación», aseguró Jordà.