El escritor Llorenç Villalonga, autor de ‘Bearn o la sala de les nines’.

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Josep Antoni Grimalt, filólogo y profesor emérito de la Universitat de les Illes Balears (UIB), responsable de la edición de las Obras completas de Llorenç Villalonga, incluida Bearn o la sala de les nines, revela su disconformidad con la nueva adaptación al mallorquín de la novela cumbre de Villalonga. «No me parece acertado», dice, tajante. «No creo que en otra literatura normal se haga esta operación de alterar un texto que, en principio, parece que ya está fijado como el autor quería». 'Bearn o sa sala de ses pepes' es un título que a Grimalt le chirría.

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«El señor Zaforteza [heredero de los derechos de autor de la obra de Villalonga e impulsor de la edición en mallorquín] me manifestó por escrito que mi edición le gustaba muchísimo y la consideraba definitiva». Grimalt, igual que Joan Mas Vives o Damià Pons, catedráticos del departamento de Filología Catalana de la UIB, consultados por Ultima Hora, reprueban la nueva versión de la novela.

Grimalt advierte del peligro que corre la edición en mallorquín de la novela. «Puedo decir que si el que hace esta operación no tiene un gran dominio del dialecto se expone a hacer muchas tonterías. Quizá la primera ya está en el título». Damià Pons defiende que Villalonga aprobó la edición publicada en la década de los años 60 y no manifestó ninguna discrepancia de la adaptación citada. «Creo que en cualquier cultura civilizada la versión que se da por buena de una obra literaria es la última que dio el visto bueno su autor».