Nada justifica que esta película no se estrene en La Habana, porque los cubanos la necesitan», ha dicho Yordanka Ariosa, protagonista del último trabajo de Agustí Villaronga, «El rey de La Habana», que traslada al cine una de las más brutales novelas de Pedro Juan Gutiérrez de igual título.
Ariosa, una actriz de carácter que se deja la piel (literal) en el rodaje si Villaronga se lo pide, es Magda, uno de los pocos papeles femeninos capaces de enmudecer al Festival de Cine de San Sebastián, que este miércoles estrenó con esta visión sórdida y oculta de la Cuba del Período Especial, «cuando vivir era solo sobrevivir», ha apuntado el director mallorquín.
«No se sí ganar un premio en San Sebastián serviría de algo, desde luego -ha dicho Ariosa- me haría muchísima ilusión y más que eso respaldara un estreno allá, pero lo que está claro es que no hay justificación para no ponerla en La Habana».
Esta reivindicación ha sido respaldada tanto por los otros protagonistas de la película, Maikol Tortoló (Reinaldo) y Héctor Medina (Yunisleidy), como por la productora María Luisa Matienzo, quien ha señalado que «le encantaría» estrenarla en el Festival de La Habana.
Pero visto que ni siquiera pudieron rodar allí, su idea es rodar un documental si se produce la negativa del gobierno a exhibirla «para quitarse la espinita».
Y con esa misma sinceridad, Matienzo desveló, entre las risas de los presentes en la rueda de prensa, que no hubo efectos especiales añadidos, «ni el huracán, ni el derrumbe de la casa... Sólo es digital la pinga de Reinaldo».
Y todo ello, porque «la cinta requería mucha verdad y que los personajes se identificaran mucho con los del libro».
«Nos daba miedo no rodar en La Habana, que la conoce todo el mundo (...) Pero vimos que hay otros lugares con el mismo paisaje humano, como Santo Domingo. Al sacar la película de Cuba, la internacionalizamos», ha considerado Matienza.
Villaronga ha precisado que «jamás» hubiera hecho esta película sin ir «de la mano» del escritor, al que conoció a raíz del proyecto. «Leí la novela por Luisa (Matienza) y me gustó muchísimo, sabía que muchos la intentaron hacer antes», incluso, ha contado, llegaron a comprar los derechos Antonio Banderas y Melanie Griffith, «pero no salió».
En ese sentido, Medina (irreconocible con barba y bigote y sus increíbles ojos verde mar, tapados por unas gafas de sol), ha agregado que, cuando leyó el guion sintió «vergüenza de Cuba» y que «tuviera que venir alguien de España a contar esa realidad», pero reconoce «era uno de los mejores guiones que he tenido en mi mano».
Su personaje, Junisleidy, dice, «es un travesti todo agraciado (...) y tuve miedo, pero se trabajó todo tan intensamente, hasta los extras, los acentos ...», dice precisamente Medina quien, al igual que Tortoló habla un español tan cerrado que hay que adivinar algunas palabras: «Me encantó que Villaronga me mantuviera tenso», afirma.
«Como historia de amor, es muy extraña -opina el director de «Pa negre» (2011)-, es más bien un fresco sobre una Cuba en la que se vive para sobrevivir; (...) no es la sociedad cubana que se ve normalmente, pero no es inventada en absoluto», advierte: «Hay amor, y sexo también hay, pero no podía ser el sexo de '50 sombras de Grey'», aclara para explicar el impacto que causan algunas escenas.
En treinta años de carrera, Villaronga ya había pasado por Cuba alguna vez, pero le pareció «un país dificilísimo» y se dijo que no volvería.
Sin embargo, ahora, en 2015, se ha sentido llamado a «dar voz a los sin voz», a poner «negro sobre blanco» lo que pasa en las zonas más marginales de Cuba, las que «no salen tanto. Creo -ha dicho- que muchos cubanos me lo van a agradecer».
Además, apunta, el libro de Pedro Juan es «muy cinematográfico, porque no hay reflexión sin reacciones y las frases son cortas y muy explicativas; ellos se expresan en sus propias acciones y entiendo que mucha gente los pueda ver como salvajes, como animales», concede el director, Premio Nacional de Cinematografía de 2011.
Es Ariosa, precisamente, quien defiende esa «animalidad» de Magda: «Tiene cosas que contactan conmigo, mucho no -sonríe, elegante, vestida de blanco-. Pero es un ser humano; a partir de ahí empecé a trabajar».
«Vive en condiciones infrahumanas y reacciona como un animal; yo, que pienso un poquitico más, tuve que hacer un trabajo físico importante para ser como se ve ella. Son personas -reflexiona la joven- que, en lugar de evolucionar, en el Periodo Especial se fueron degradando».
Reconoce Ariosa que lo más difícil de su papel fue «montar el muerto"; es decir, simular ser poseída por el espíritu de la Negra Tomasa. «Magda hace muchas cosas horribles -explica Ariosa- pero, gracias a Agustí, creo que la gente no la juzga mal».
También primer papel para Maikol Tortoló -nieto de la artista cubana Celeste Mendoza, la Reina del guaguancó, a quien no pudo conocer-, que ha aceptado con humor las bromas sobre su potencia sexual aún desde su aspecto de chavalín vestido con camisa azul de picos que asomaban por un jersey blanco: «Reinaldo parece mala persona, pero tiene sentimientos», ha defendido.
La película se estrenará en las salas españolas el 16 de octubre.
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