La actriz Belén Rueda, ganadora de un premio Goya, participó en la inauguración de Fiesta!, el festival de cine itialiano de Palma, en CineCiutat. | Jaume Morey

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En los últimos ocho meses, Belén Rueda (Madrid, 1965) ha estrenado tres películas: Perfectos desconocidos (2017), de Álex de la Iglesia; El cuaderno de Sara, a las órdenes de Norberto López Amado, y No dormirás, que firma Gustavo Hernández, que ha debutado este fin de semana en las carteleras de todo el país. Ayer, la intérprete, ganadora del Goya por Mar adentro, recaló en CineCiutat con motivo de la inauguración de Fiesta!, el festival de cine italiano de Palma. Presentó un pase del filme La noche que mi madre mató a mi padre, de Inés París, quien la acompañó en la presentación.

Está en Palma apoyando un festival de cine italiano. ¿Cuál es su relación profesional con este país?

—Ninguna, ya me gustaría, porque es un idioma que conozco, pero no he tenido el placer de trabajar allí. Es un idioma que conozco y poder trabajar allí sería un placer. La película de Inés [París], El día que mi madre mató a mi padre, se presentó en el festival de cine español que se organiza en Roma y, raíz de aquello, nos llegó este festival en Palma.

Comedia o drama, ¿cómo se refleja mejor la realidad desde el cine?

—Las dos cosas, el elegir uno no significa que el otro no exista. La comedia te permite meterte en algunos temas de una manera más agresiva porque lo haces desde un tono cómico; en modo drama tienes que ser más delicada, viendo lo que sí y lo que no puedes contar.

En la película que presentan hoy [por ayer] se aborda la dificultad de la mujer en el ámbito laboral. En el cine, ¿están cambiando las cosas? Hay cineastas jóvenes haciendo muy buenas películas.

—Sí, lo curioso es que nos extrañemos que las mujeres hagan buen cine, como pasaba antes cuando alguien decía ‘que buena película, no parece española’. La sociedad nos había colocado en un lugar en el que no teníamos el tiempo suficiente para dedicarse a una profesión como ésta, que es 24/7, como dicen mis hijas. Tiene que haber un cambio en la sociedad de base para que seamos iguales en todo, en la vida familiar, en la laboral y en la de las amistades, para emerger como lo hacemos ahora. Lo importante de este momento para la mujer es que parecía que ‘pobrecitas, déjalas que se enfaden, ya se les pasará’, pero ahora nos hemos dado cuenta de que no se nos tiene que pasar, es importante para la sociedad y para la libertad.

Ha estrenado tres películas en el último año y en julio tiene otra pendiente, El pacto. ¿Ha sido un año muy agitado?

—Muy movido, sí; cuando acabas de rodar una película, puede pasar un año hasta que llega a los cines, hay una postproducción detrás. A veces, algunas cintas que has rodado antes llegan más tarde que otras que has grabado después, como ha ocurrido ahora con No dormirás, que es de género y de un director uruguayo, o El pacto, de un cineasta uruguayo muy especial y que va a dar muchas alegrías al cine en español.

Ha trabajado en muchos filmes de terror, ¿es un género en el que se siente cómoda?

—El día que elijamos los proyectos porque nos sintamos cómodos estaremos muertos. No es que me sienta cómoda, pero hay determinados proyectos sobre este género que me permiten contar una historia real y otra en paralelo, la que está en la cabeza del personaje. En este género puedes fantasear. En No dormirás interpreto a una mujer bastante oscura y, al principio, me costó enfrentarme al guion.

¿Qué le pediría al nuevo ministro de Cultura, José Guirao?

—Lo primero, fuera el IVA, porque después ya nos encargamos nosotros de contar las cosas que haya que contar. Nunca me ha gustado esa idea antigua de que la cultura está subvencionada, es mentira. Las subvenciones se encuentran en el capital privado.