Ara Malikian, uno de los grandes integradores de la música contemporánea.

TW
0

Nació en Armenia, creció en El Líbano y ha vivido en Alemania, Inglaterra y Francia, pero fue en España donde encontró la horma de su zapato. Hoy vive en un ático con unas espectaculares vistas sobre el barrio madrileño de Malasaña. Ara Malikian lleva más de media vida acercando el violín al gran público, extirpando la solemnidad que le rodea y explotando su siempre sorprendente puesta en escena. El músico tomará partido en las veladas musicales de Port Adriano (Calvià), el próximo 1 de agosto.

Tras haber fusionado música de distintos géneros y procedencias, asegura que aún le quedan muchos estilos para acercar al público, «siempre hay que intentar crecer». Este armenio nómada nunca ha pretendido ser un melómano experto, «empecé tocando con una orquesta, pero todo se volvió muy rutinario, es lo que tiene contar con un sueldo fijo, que te acomodas y al final pasa a ser un trabajo más, como ir a la oficina. El músico necesita la vida bohemia, y yo necesitaba crecer, inventar y reinventarme», defiende con vehemencia. De ahí que se inclinase por explorar nuevos caminos para conectar la música culta con «la cultura popular». Y es que, pese a ser una figura reconocida, quien se lo imagine sobre el escenario ataviado de etiqueta, se equivoca: «La música clásica no tiene que ser algo intelectual, hay que hacerla accesible, para mí el público es lo más importante. Recuerdo que cuando empecé me enseñaron que debía tocar para mí mismo o para un reducido grupo de personas, y ahora veo que estaban equivocados, hay que tocar para los demás».

Además de estrechar el cerco sobre diferentes culturas musicales, Malikian ha colaborado con las más prestigiosas orquestas y tocado en más de cuarenta países: «Si alguna vez crees que has tocado techo te equivocarás, la rutina es el enemigo del artista», confiesa. De ahí que haya explotado su carácter transversal en proyectos de lo más variopintos, como su participación en diferentes bandas sonoras, entre las que destacan películas como Hable con ella o Los lunes al sol. «La experiencia fue maravillosa, de tanto en cuando colaboro en alguna película, pero no hay nada que me haga más feliz que el contacto directo con el público, la satisfacción que recibes sobre un escenario te da una adrenalina que está fuera del alcance de cualquier otro medio».

Ara Malikian brindará un recital muy especial en Port Adriano, donde además de interpretar «partituras de Paganini, Bach, Mozart y cosas más contemporáneas como David Bowie», narrará la singular historia de su violín: «No es un Stradivadius ni culquier otro instrumento especialmente caro, pero sí tiene una historia muy particular. Perteneció a mi abuelo y gracias a él pudo salvar su vida durante el genocidio armenio». Malikian emplaza a quienes deseen conocer el final de esta prometedora historia a asistir a su recital del próximo 1 de agosto.