Pere Pavia, durante una entrevista ofrecida a este periódico. | Teresa Ayuga

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Escultura, ilustración, dibujo, pintura, dramaturgia, fotografía. Pocas eran las disciplinas artísticas que se escapaban de la mente creativa de Pere Pavia (Melilla, 1927 - Palma, 2020), artista ecléctico y multidisciplinar, cuya luz se apagó la noche del pasado martes a la edad de 93 años.

Pavia es el autor de muchas de las esculturas más destacadas del parque escultórico de Palma, además de las de otras calles y carreteras de Mallorca. En Ciutat, es muy popular y querida Dona cosint, que se exhibe delante de la iglesia de Sant Miquel.

Al mismo tiempo, a lo largo de su trayectoria realizó, entre otros trabajos importantes, los relieves de La Porciúncula, obra del arquitecto Josep Ferragut Pou, y de varios edificios de Jaume III y alrededores, ya que su arte siempre lo ha entendido «como un arte por el pueblo , más que por una pequeña élite burguesa», tal y como detalló ayer la familia en un comunicado. Sus allegados lamentan que no se pueda oficiar una despedida, dado el contexto de alarma sanitaria.

La obra de Pere Pavia se exhibió en multitud de exposiciones y fue reconocida con varios premios y homenajes. Entre las galerías con las que trabajó, destacan la galería Danús y, sobre todo, la Pelaires de Palma. Además, en 1961 realizó en Sóller el Monument a les Dones Valentes. En 2005, el escultor fue homenajeado con una gran retrospectiva de escultura en el Casal Solleric de Palma, y más tarde, en 2015, con una íntima retrospectiva de dibujos en la Capella de La Misericòrdia.

En el terreno personal, Pere Pavia estuvo casado con Francesca Moll (hija del ilustre filólogo Francesc de Borja Moll), fallecida en 2018, y tenía cuatro hijas.