Hay tres ejes en la obra, cuenta el director Joan Fullana: «Identidad, turismo y corrupción». Se ven entrelazados como «hechos fundamentales de nuestro entorno». La obra, no obstante, trata de fusionar lenguajes, por lo que «estos conceptos se trabajan desde una perspectiva de collage y con imágenes que se superponen», explica Mar Fiol, una de las actrices. Así pues, cada uno de los responsables tiene como función «hacer que la obra sea posible, al igual que los iluminadores».
Por esta razón, Fullana incide en que «no hay personajes marcados» sino «una gran cantidad que se encuentra» y se tiene como base «los expositores de postales con imágenes idílicas de Mallorca que llevan décadas así». Esta instantánea «poética que pretende vender una cosa que no es» es lo que se intenta trasladar al escenario.
Biel Morro, otro intérprete, destaca que «somos hijos del boom turístico», por lo que es «nuestra realidad», y dice que no se trata de «juzgarla, sino de dar nuestra visión desde el día a día y cómo nos ha afectado». No se trata, pues, de denunciar, sino de reflejar sus propias perspectivas como «ciudadanos jóvenes que vivimos en Palma», dando salida a «nuestras inquietudes e impresiones».
Gestión
Sobre el título mismo de la obra, el equipo coincide en que fue una idea que les atrajo porque «un souvenir es ese recuerdo vacío, que tiene un valor efímero». A pesar de todo, Fullana confiesa «no tener nada en contra del concepto de turismo», aunque sí lamenta «lo mal gestionado que ha sido en Balears siempre» y para muestra, un botón: «Que la destrucción del territorio se llame alrededor del mundo proceso de ‘balearización' dice bastante de lo que hemos hecho aquí», comenta el director.
Y sí, lo dice en primera persona, porque en Balears todos somos, de una manera u otra, afectados por la gestión de la industria turística así como de la falta de crítica –entendida como análisis y no como comentario negativo– sobre ella.
Souvenir, pues, llega a Palma este fin de semana para reflexionar y hacer reflexionar sobre una realidad que, al igual que una cabeza de una aguja, hace pasar por sí los hilos de lo que supone Mallorca, la identidad insular y la dependencia económica y social de la industria turística en nuestro territorio.
1 comentario
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Ya hay más nietos que hijos del "boom" turístico. Discrepo, por lo demás, de que "balearización" sea una expresión mundialmente conocida, fuera de Francia, su lugar de origen, al igual que las críticas sobre Rafa Nadal, etc.