Vista general de la carpa instalada en Cap Rocat donde tuvo lugar el primer concierto de ‘La Noche de los Sentidos’. | Jaume Verd

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La noche de este sábado fue mágica por muchos motivos. El principal, por la música que se pudo escuchar en las terrazas del emblemático hotel Cap Rocat, en la costa de Llucmajor, que es donde se ofreció el primero de una serie de extraordinarios conciertos que se celebrarán anualmente interpretados por la Orquestra Simfònica de les Illes Balears.

El concierto contó con la participación del bajo barítono menorquín Simón Orfila y la soprano mallorquina Irene Mas bajo la dirección de titular de la Orquestra, Pablo Mielgo. La audición se desarrolló frente al mar callado y ante un selecto auditorio de cerca de ciento sesenta personas, que se deleitaron con la interpretación brillante tanto de la orquesta como de los intérpretes ensalzados en un entorno tan distinto y privilegiado.

El silencio fue total desde que comenzaron a sonar las primeras notas, tanto que solo se escuchaba el sonido de la noche estrellada que cerraba un mes de julio particularmente complicado para los organizadores de la Noche de los Sentidos, que es como se llamarán estas veladas de música en las que la Simfònica tuvo y tendrá un papel singular en el escenario del hotel mejor del mundo que fue fortaleza militar.

Se cuidaron todos los sentidos, gusto y olfato, mimados por el coctel que se sirvió tras el concierto, creado expresamente por el chef del hotel Víctor García, que se esmeró ideando sabores fáciles de consumir en estos tiempos de pandemia.

La COVID-19 hizo que la idea inicial, surgida ya hace unos años, tuviera que retrasarse. Primero por motivos personales y el año pasado por la pandemia que todavía sufrimos. Este año, el propietario del establecimiento, el arquitecto y diseñador Antonio Obrador, y Pablo Mielgo, han decidido dar un paso al frente y seguir con su sueño surgido de una conversación informal, en una sinergia total entre la arquitectura y la música, entre el espectáculo y la escenografía perfecta y natural del hotel, con el director de la Simfònica haciendo un esfuerzo adicional junto al personal del hotel para que todas las normas anticovid se respetaran al máximo. Se redujo el aforo todo lo posible , repartiéndolo en dos trazas y mimando cada detalle para que la belleza fuera total. Los organizadores, con mucha ilusión y mucho esfuerzo, han conseguido crear una noche lírica bajo las estrellas que no hace más que engrandecer la leyenda de los que la han hecho posible con tesón, y que demuestra la unión tan importante que existe entre la cultura y el turismo de calidad, algo que también importa mucho al director de la Simfònica. Eso fue lo que nos reconoció antes del concierto titulado ‘Héroes y Villanos', una unión de las áreas y de las oberturas clásicas de ópera con dos grandes nombres de nuestra escena operística. Sonó Mozart, Rossini y alguna que otra sorpresa que nos tenían preparada.

Se trató de un inicio espléndido de lo que será un auténtico éxito en los años venideros, y que ya han podido disfrutar algunas de las caras más conocidas de la sociedad nacional e internacional.

Entre los asistentes, y como un primer apunte a lo que contaremos el domingo que viene en nuestra crónica social de Entre Amigos, pudimos ver a la mecenas Mayte Spínola; a los marqueses de Vivola; a los artistas Joan Bennàssar i CristinaEscape; a la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, con su hija Maria; al juez Pedro Barceló, o a la diseñadora Marta Gayá, entre muchas otras personalidades.