El escritor Joan Perelló, posando para esta entrevista. | Jaume Morey

TW
1

«La biografía es entender qué significa vivir en la zona de confort». Es una de las frases lapidarias que Joan Perelló (Campos, 1953) pone en boca del narrador de Els altres (Ensiola), su nuevo libro. Tras presentarlo en la sede de la Obra Cultural de Campos ayer, hará lo propio este lunes 29 de noviembre, a las 19.00 horas, en Quars Llibres (Parellades, 12), en un acto en el que estará acompañado por el escritor y colaborador de este periódico Lluís Maicas. Els altres es el segundo título que publica este año Perelló tras el poemario Mans de presagi (Lleonard Muntaner), una «casualidad», aunque el autor trabajó ambos casi paralelamente. «Durante el confinamiento estuve inmerso en ambos, aunque sobre todo me centré en Els altres. Los escritores necesitamos saber que tendremos mucho tiempo por delante para hacer las cosas. Si vamos con prisas nos perdemos y no es bueno perder la concentración», recuerda. De hecho, apunta, el libro empieza en el mes de marzo, un mes tan inestable como noviembre», bromea acerca del temporal de lluvias que marcan el día a día, perfecto para hablar de una obra llena de naufragios y mar.

Pandemia

De todas maneras, la pandemia no ha afectado mucho al escritor, quien confiesa que «paso mucho tiempo en casa», ni tampoco a sus personajes. «Si somos vulnerables no es por cosas concretas, es una realidad general de la sociedad», afirma. Y es que la vulnerabilidad es uno de los temas esenciales de la obra de Perelló junto a la muerte y el paisaje. «Cuando eres joven, escribes sobre la muerte por una cuestión estética de la poesía y también mimética, pues vivimos de lo que leemos y son muchos los que han abordado esta cuestión. En cambio, cuando eres mayor y has visto morir a gente de tu entorno, te das cuenta de que la muerte es una realidad, que no es una metáfora», advierte. «La muerte es lo más importante que nos pasa, más que nacer. Cuando naces no te enteras de nada, no eres consciente. Funcionamos por la fuerza del azar. La muerte es inevitable, drástica. No sabemos la fecha en la que ocurrirá, pero siempre estamos pendientes del día en que moriremos», insiste.

Que la muerte llegue con serenidad, sin ruido, es algo que desea el narrador de Els altres –que define como un «monólogo persistente»– y también el autor porque, al fin y al cabo, la propia biografía acaba salpicando la trama y los personajes. «Intento crear atmósferas, una sensación de ambiente. Y en un libro tan breve e intenso, hay mucho esfuerzo de contención», reconoce.

Realidad

El protagonista, Miquel Abrines –que comparte con Perelló generación y la ocupación de escritor– tiene a su vez dos alter egos, Jonàs y Iunus, que se alejan un tanto de la realidad. «Iunus sería como un creador de sueños, pero también retrata, mediante su cámara fotográfica, la decrepitud de la sociedad, sus bajos fondos. Por su parte, Jonàs me sirve como contrapunto de Miquel Abrines. Jonàs plantea una contradicción: es náufrago e intruso. Juego con la simbología y las contradicciones propias de los personajes», reflexiona. «En la vida, todos tenemos nuestros propios alter egos, es nuestra manera de salir de los problemas», sentencia. Miquel Abrines es el centro, el nexo de unión del despliegue de los demás personajes de la Mallorca actual, que alcanza desde 1958 hasta 2019 y en unos escenarios que van desde un pequeño pueblo marinero –inspirado en Portocolom– hasta Palma. Así, cada capítulo lleva el nombre de un personaje, una idea inspirada, señala Perelló, por los maestros William Faulkner y Blai Bonet.

«Els altres intenta hablar de la comunicación entre ellos mismos. Son personajes que no interactúan entre ellos, pero que tienen vida propia. Cada uno tiene sus pensamientos y piensan en qué hacen los demás y por qué. Al final, todos somos iguales y sufrimos los mismos dramas», plantea. En cuanto a los escenarios, el paisaje es otro elemento clave para Perelló. «Es un tema que me importa mucho, estamos en manos de especuladores y destructores del paisaje. Tenemos que aprovechar toda ocasión para hablar de ello y denunciarlo», reclama. No menos importante es la banda sonora, que en este caso suena a boleros sudamericanos, con Lucho Gatica o Agustín Lara. «Son referentes musicales que forman parte de la historia de los años 50 y también hay personajes que conocí y conforman la vida social de cuando era niño», recuerda.

Por otra parte, en Els altres son relevantes los secretos y los silencios. «Me interesaba la capacidad de crear secretos que tiene la sociedad mallorquina. Se intentaba tapar todo: la Guerra Civil, las enfermedades mentales... Hay que tener en cuenta que era otra época, pero creo que todavía es parte de nuestra idiosincrasia. Publicamos lo bueno y escondemos lo malo», lamenta. «Son secretos que tenemos guardados y que a veces pasan de padres a hijos sin escucharlo. A Miquel su padre nunca le contó nada acerca de la muerte de su primo o del tío, ni tampoco de la homosexualidad», concluye.