El director del documental, Dani Cuesta, posa para esta entrevista en su oficina. | P. Pellicer

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La historia del punk en Mallorca es algo que había quedado al margen de los canales más oficiales. Quizá por falta de contacto con su escena o por simple desconocimiento, pero lo cierto es que había permanecido al margen, latente. Eso cambió cuando el historiador Tomeu Canyelles publicó ¡Esta es nuestra guerra! Historia oral del punk en Mallorca (Calumnia Ediciones), una suerte de crónica de la escena punk. Ese libro cayó en las manos de Dani Cuesta, director del programa Memòria negra de IB3, quien, al leerlo, lo tuvo claro: «Aquí hay un documental».

Así nació Jo, punk, la cinta de Offline Producciones que rastrea los ecos de un movimiento que está lejos de ser parte del pasado. El propio Cuesta explica que «se trata de una retrospectiva del movimiento punk en Mallorca, desde sus inicios en los años 80, pero también una mirada única y exclusiva de sus propios protagonistas hasta la actualidad». Así pues, Jo, punk teje un hilo que une los primeros pasos del movimiento con el presente y su pulso actual.

En este sentido, algunos nombres propios del documental son tanto de personas, como Churu Terneiro, Toni Garau, Macky Chuca, Rafa Aguilar o Jaume Cerebro; lugares, como la Plaça Gomila, los locales de ensayo de La Femu o el Casal Libertari de Manuel Azaña; y, por supuesto, bandas como Skoria, Cerebros Esprimidos, Bad Taste y Guadaña, que son los troncales.

Las integrantes de Las Hienas en la entrevista del documental.

Durante la hora y media de duración del metraje se suceden entrevistas que reúnen a medio centenar de personas desde los locales, los bares, las agrupaciones y los músicos, hasta las radios libres, que fueron «el gran escaparate para lo que se salía de lo establecido», o gente de fuera, como el periodista musical Jaime Gonzalo, que ha sacado recientemente un libro sobre los Stooges. Todo, eso sí, «con un enfoque local», aclara Cuesta, que permite ver las características de la Palma y la Inca de la época. Ha sido, como puede verse, una «producción muy compleja» con más de dos años de trabajo.

«Al principio teníamos unas expectativas, pero luego explotó y solo íbamos de un lado a otro porque el hilo no se acababa». En cualquier caos, la experiencia, según detalla el director, ha sido «super enriquecedora» porque el punk, tanto el de antes como el de ahora, está formado por gente «que hace música desde las entrañas. Es cultura pura, una forma de vida para muchos de ellos que sale del corazón y del estómago sin pretensiones».

Por ello, el valor añadido de «descubrir un movimiento que lleva décadas en la sombra de Mallorca» y que «merece la pena contar porque también va ligado al desarrollo de la cultura de la Isla y dista mucho de la que estamos acostumbrados a ver», juzga Cuesta. El mensaje claro es obvio: «Se trata de gente que abrió un camino que no existía aquí y que ahora sigue vivo».

La banda Usura durante un ensayo.

Otro aspecto característico que Cuesta destaca de este universo es que «tienen una filosofía de ‘hazlo tú mismo' muy marcada, es un mundo que han construido con pico y pala durante años, y es un éxito porque sobreviven», a pesar de los muchos riesgos habidos y sufridos, desde la epidemia de heroína que afectó a tanta gente en los años 80 y 90 o, sin ir más lejos, el paso del tiempo. A pesar de todo, como señala Cuesta, «hablo por ellos aquí, pero creo que dirían que mientras haya lucha, habrá punk». En definitiva, «hay muchísimo, trabajo desde lo concreto a lo general, pero la sensación es que es un mundo coral y abierto».

Merchandising

Además del documental, que tendrá un pase especial e íntimo el día 10 de enero en el Rívoli y podrá verse más adelante en IB3 que cofinancia la película junto al Consell de Mallorca, se lanzará una página web en la que podrán se colgará material extra como entrevista extendidas, ya que hay más de 30 y en la versión del filme aparece una porción de ellas, además de la posibilidad de adquirir diferentes tipos de objetos como camisetas.