La chica del cabello ensortijado que centra estas líneas es una experta en poesía. De su gramática multicolor brotan palabras, melodías y estampas figurativas y preciosistas. Se llama Alicia Climent -Alice Wonder para el mundo-, nació en Madrid y este sábado aterriza en la sala Es Gremi de Palma (20.00) dentro del ciclo Mallorca Live Nigths. Llega con su tercer trabajo, el explícito Que se joda todo lo demás (2022), un vehículo descarnado y poético que parte de ese mundo conflictivo y dinámico que es su vida.
Hija espiritual de Joni Mitchell, Alice Wonder sabe que el amor requiere coraje y que la felicidad es la mejor cirugía estética, tal y como cantaba su mentora canadiense. En su nuevo disco, fruto de «una parte íntima y otra salvaje», siguen presentes la esencia poética que la diferenció tempranamente de sus coetáneos, ese extraordinario manejo del lenguaje, propio del buen añejamiento (y solo tiene 24 primaveras) y esa búsqueda armónica que cruza con singularidad indiepop y folk. Ingredientes que conforman el corpus de una propuesta con vocación aventurera e inconformista. Canciones que pudieron haber sido sencillos ejercicios de tres tonos adquieren en ella matices insospechados, que narran las letanías más amargas, y una expresividad que en cada caso adquiere formas, registros y valores diferentes.
«Mis letras hablan de mi primer amor, casi todo son la lucha o la calma de ese sentimiento, pero también hay algunos pensamientos internos que van más allá del amor, tratan más de la existencia», detalla la artista, que se reconoce cómoda en su zona de confort: «El ser y la existencia, cómo nos afectan las emociones, cómo nos modelan, qué queda de nosotros cuando nadie mira».
Las canciones de Alice Wonder son siempre una aventura. Sonora e incluso existencial. Desde su notable debut, Take Off (2017), se erigió precozmente en uno de los estandartes del indie Lo-Fi estatal, con una impronta desafiante y, sobre todo, muy consistente, inspirada en su propia hoja de ruta, escrita con la tinta de aquello que había vivido y soñado, «un 92 por ciento de mis canciones es autobiográfico, el otro 8 por ciento es el personaje que me acompaña».
Que se joda todo lo demás es un disco cargado de experiencias y deseos profundos, susurrados en un ambiente austero, condensando todos los recursos que domina, en los que encuentra su diana en «el sentido de la vida y el motivo de ser como somos».
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