Sin embargo, a la actriz no le faltan proyectos. Desde hace dos semanas, y hasta el próximo 21 de mayo, es una de las protagonistas de El temps i els Conway en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya (TNC) y bajo las órdenes de Àngel Llàcer. «Es un clásico inglés de J. B. Priestley y lo más gracioso es que viene muchísima gente que recuerda la versión que hizo Mario Gas hace treinta años y que lo compara con la de entonces. No tienen nada que ver porque eran otros tiempos, pero en todo caso, en su época, fue un texto muy revolucionario, especialmente a nivel estructural», cuenta Truyol, que comparte elenco con Júlia Bonjoch, Màrcia Cisteró, Biel Duran, Bàrbara Roig, Carles Roig y Roser Vilajosana, entre otros.
«La primera parte arranca con una gran fiesta de cumpleaños en el seno de una familia acomodada de principios del siglo XX. Concretamente, en la original, se ambienta en 1917, pero Llàcer decidió que fuera en 1919. El segundo acto transcurre veinte años después y, así, en esta versión, coincide con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. En el tercero y último, se regresa al punto de partida del primero. Eso es muy interesante porque se vuelve a la fiesta de cumpleaños, cuando ya ha terminado la Primera Guerra Mundial y se está en el ambiente de los felices años veinte, pero, sin embargo, el espectador ya conoce lo que pasará luego. De esta manera, se da cuenta de que esa energía por comerse el mundo no va a ningún lado y, lo que es peor, se repite el mismo patrón, pues están a las puertas de otra guerra», detalla.
A pesar de que pueda sonar una historia triste, Truyol prefiere hablar de «ternura» y «diversión», especialmente en el último acto de la función. «He intentado que fuera lo más festiva posible y, aunque el texto es un tanto pesimista, para mí el mensaje final es: hay diferentes tiempos y realidades, no debemos agobiarnos porque hay mil realidades que se dan simultáneamente. En este sentido, me recuerda a una película de Christopher Nolan. Me parece muy atractivo que un texto de principios del siglo XX tenga semejante lucidez», reconoce la actriz. Además, añade que «es un espectáculo en el que la escenografía se mueve constantemente y es un lujo. Es uno de los montajes en los que se nota que no han escatimado en gastos».
Por otra parte, Truyol admite que disfruta especialmente «cuando los grandes dramas tienen gags o puntos de humor, porque me parece que así es precisamente la vida: a veces estás llorando porque sientes que se está acabando el mundo, pero luego cualquier chorrada te hace reír».
A pesar de que con esta pieza se estrene en la Sala Gran del TNC, uno de los teatros más importantes de nuestro país, la mallorquina confiesa que, para ella, «el mundo del éxito y la fama no me interesa; en todo caso, para mí el éxito es tener trabajo y ser feliz con mi trabajo».
De hecho, justo hoy empieza a ensayar una nueva obra: Nessun Dorma, de Eu Manzanares, la autora residente de la Sala Beckett de esta temporada. La pieza se estrenará el próximo julio, en el Festival Grec de Barcelona. En esta ocasión, comparte elenco con Queralt Casasayas y Anna Barrachina.
En el apartado audiovisual, está pendiente el estreno de El cuerpo en llamas, de Netflix y Arcàdia Films, basada en el crimen de la Guàrdia Urbana de 2017. Aquí se codea con los mallorquines Pep Tosar –padre de Úrsula Corberó, que interpreta a Rosa– y Guiomar Caiado –hija de Corberó y nieta de Tosar en la ficción–. Truyol interpreta a Almu, buena amiga de Rosa, por lo que forma parte de la «parte personal» de la protagonista, no de la policial.
Mientras, de cara a septiembre, con La Calòrica -compañía que también conforman Esther López, Joan Yago, Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Marc Rius e Israel Solà- preparan lo que será su próxima obra. «El punto de partida ya es muy diferente a lo que hemos hecho hasta ahora. Intentamos explorar otros lenguajes, como el texto proyectado, la voz en off o mucha música. Tenemos muchas ganas. Será una coproducción junto al Teatre Lliure, que acogerá el estreno en septiembre, y el Centro Dramático Nacional de Madrid, al que llegará en octubre de 2024.
«Si hace cinco años alguien me hubiera dicho que tendría un calendario a tres años vista, lo habría tomado por loco. A no ser que seas una superestrella, no tienes el trabajo asegurado. Yo trabajo mucho, me considero lo que llaman hoy workalcoholic, pero es que disfruto mucho. Tengo mucha suerte, porque hay gente muy buena que no está trabajando», asegura.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Enhorabona, haces lo q t gusta eso es muy importante y eres buenísima.