El domingo falleció Antonio Gala, natural de Brazatortas, a los 92 años. He tenido la suerte de saludar varias veces a este escritor cordobés de adopción en varias ferias del libro de Madrid, porque yo andaba llevando el stand de Guías Azules y a veces coincidíamos. Era entonces el autor que con diferencia más vendía y eran tremebundas las colas que tenía, casi infinitas, lo mismo despachaba poesía en cantidades espectaculares que novelas de amor. Una señora noble mallorquina, gran fan suyo, me pidió que consiguiera que le firmara el libro Paisajes con figuras, aproveché para decirle «don Antonio, le invitan a ir con todos los gastos pagados a Mallorca, como fue Jovellanos», soltó una boutade y se echó a reír, Jovellanos era unos de sus personajes históricos favoritos. Y añadió «donde has conseguido estos ejemplares [eran dos tomitos], deben ser los últimos que quedan».
Antonio Gala: figura en un paisaje que ya no existe
No quisieron hacerle académico de la Academia Española pese a merecerlo con creces
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1 comentario
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Jo sempre l'he trobat un dels típics "cantores huecos" de Machado. Esperem que no se t'aferri