La novela, como su propio título sugiere, empieza con un temido spoiler: el mundo no se acaba. Con ese arriesgado comienzo, Puigpelat construye la historia de Fiona, una chica de 12 años que encuentra por casualidad una carta dirigida a su padre, un importante jefe de los Mossos d'Esquadra, en la que aseguran que un asteroide procedente de Saturno chocará contra la Tierra. «El tema del fin del mundo es omnipresente, desde los 5 años, las generaciones de ahora han oído hablar del cambio climático y de que el mundo se acaba; así que es un tema bastante interesante», señala el autor.
Un planteamiento que, a su vez, sirve para reflexionar sobre muchas cuestiones, como «qué harías si se acabara el mundo, cómo reaccionarías ante una situación límite como esta, qué te hubiera gustado hacer y no has hecho por vergüenza o unos u otros motivos». Ante el inminente fin del mundo, Fiona se lanza a internet para encontrar ideas de cosas arriesgadas que hacer ahora que no habrá consecuencias. «Te das cuenta de que la gente, en condiciones normales, está muy reprimida y calla mucho. La sociedad funciona, en esencia, porque tenemos miedo de las consecuencias de lo que queremos hacer, pero resulta que, en este caso, no hay unas consecuencias porque no hay ‘una semana que viene'. Así, el mundo se convierte en una absoluta anarquía», señala el autor, que aborda todos estos aspectos a través de situaciones delirantes y grandes dosis de humor.
«La literatura infantil y juvenil de este país es complicada. Por una parte, se te pide que escribas algo educativo y didáctico, cosas que a mí no me interesan porque no soy maestro ni quiero adoctrinar a ningún niño, pero quieres que el libro entre en las escuelas y por eso también es importante que sea divertido. El reto es conseguir que sea ambas cosas, que invite a reflexionar a la vez que sea divertido», apunta.
«Hay un capítulo en el que me lo pasé especialmente bien, que es cuando Fiona va a comprar un kit de supervivencia al supermercado. Fue como liberar el niño que llevo dentro. Esa mezcla entre cara dura e ingenuidad es muy bonita, la tienen sobre todo los niños pequeños y todavía más hoy en día. Las generaciones pasadas sufrimos el autoritarismo por parte de los padres y de las escuelas y por eso nos cuesta más expresar nuestras emociones. Ahora, en cambio, las nuevas generaciones se expresan con más espontaneidad y claridad. Así que, en algunos aspectos, la educación ha sido una catástrofe, pero en lo que respecta a las mociones y la comunicación son mucho mejores», compara.
En este sentido, Puigpelat hace referencia a la reciente publicación del informe PISA, en los que España vuelve a estar en la cola. Para Puigpelat, se ha hecho un «uso político de unos contra otros porque, en realidad, la educación no interesa a nadie y mucho menos a los políticos. Prefieren niños analfabetos, que serán los que les votarán». En todo caso, reconoce que «el nivel académico clásico ha sido un desastre, pero no debemos perder de vista otras cosas».
«Un niño de 12 años de ahora no sabrá resolver una ecuación ni quién fue Napoleón o cuándo se descubrió América, pero sabe perfectamente qué es la testosterona. Se produce un doble fenómeno: no tienen los conocimientos clásicos, pero sí aspectos de interés general, humano y práctico que va más allá del sentido académico más estricto. Yo, con 12 años, no sabía qué era la testosterona», ejemplifica.
«La educación sentimental, las relaciones amorosas... todo lo que sabíamos los de mi generación era por Madame Bovary, es decir, por una novela del siglo XIX, o por las películas en blanco y negro de los años sesenta. Estábamos muy perdidos», compara, a la vez que insiste: «El informe PISA ha tenido tanto eco precisamente porque es una mala noticia y nos encantan, somos muy catastrofistas», concluye.
12 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
SetxoBuenos días, caballero. Discrepo totalmente respecto a que los jóvenes de hoy en día no son analfabetos. También discrepo en relación a su opnión acerca de la juventud y la tecnología. Primero. Todas las generalidades son falsas, incluida ésta. Segundo. Lo más frecuente, en estos tiempos es encontrar a personas jóvenes que no saben leer. Leer implica comprender el texto escrito. Precisamente lo que ocurre es que vocalizan el texto escrito sin la comprensión debida. Lo sé por experiencia. Con esta compresión lectora, ya casi ni toco el tema de escribir; ortografía pésima, y redactar coherentemente y de forma fluida ni por asomo. Tercero. Con la tecnología, la técnica; al fin y al cabo son ciencias, ni rascan bola. Cierto que todos usan un móvil, pero pregúnteles por el tipo de formato de la tarjeta microSD o el límite de tamaño de archivo que corresponde a su formato y verá cuántos saben lo que tienen entre manos. Son usuarios epiteliales, fluidos sí, pero epiteliales, no saben; y son un producto porque son usuarios de lo gratis. Si supieran pagarían, pero para pagar hay que saber lo que se compra; hay que saber para comprar. Hasta ahí mi experiencia con las nuevas generaciones, dando clases particulares a jovenzuelos y en el trabajo terminando de formar a ingenieros noveles. Créame la cosa se empezó a torcer cuando le cambiaron el nombre a la enseñanza por el de educación. El informe Pisa no es ninguna casualidad. Un saludo.
TMSi no les sobra comprensión lectora, ¿A quién damos la culpa de ser de los últimos en el informe Pisa?. ¿A los docentes VACACIONALES?.
SetxoCon la tecnología también son analfabetos. Te hacen un vídeo pero cuando se les abre una hoja de cálculo y hay que ponerse a trabajar, se les cae el mundo encima.
Aprenden mucha ideología. Sus padres, encantados, ya fueron adoctrinados sin mayores entenderas.
ca de bouNo, no les sobra comprensión lectora, ni en catalán ni en castellano. Opinar gratuitamente es lo que sobra, creo yo.
La perspectiva histórica es la base del conocimiento y la visión de futuro. Gañanes alfabetizados por un sistema pérfido generamos.
Y un gran peoblema que veo es el hecho de generalizar. Las actuales generaciones vienen con mucha gente inculta e inproductiva pero por otro lado vienen grandes profesionales, que serán los mejores del mundo ya que se han formado en una era digital y con una gran cantidad de oportunidades y recursos. Que vayan a tener buenos sueldos es cuestionable, pero están sobradamente preparados.
Pero seguro que les sobra comprensión lectora en catalán para leer su libro.
Los niños de hoy , no son analfabetos, simplemente aprenden otras cosas ,el futuro es tecnológico y les pertenece a ellos . Quién colonizó America o quién era Napoleón es prescindible , temas pasados, polvo en el viento. Observaremos y veremos cómo la vida se abre camino con o sin testosterona.
Sí pasan de curso con cuatro suspensos para no estigmatizar al alumno, ...?.¿Que se puede esperar?. Y no sólo eso, en la red circulan videos con preguntas a estudiantes universitarios de varias carreras, y no sabían la capital de Canadá, y de Ecuador.Varios no sabían ni hacer sumas relativamente sencillas,ni preguntas básicas de cultura general.