El cantautor punk Manolo Kabezabolo posa detrás de una reja en la casa de campo de Manacor donde se llevó a cabo esta entrevista. Este vierbes actúa en el festival Punk in Roca de Muro. | M. À. Cañellas

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La mirada triste y la voz ligeramente temblorosa de Manolo Kabezabolo (Zaragoza, 1966) contrastan con la imagen alocada y provocadora que durante 40 años ha transmitido el cantautor punk por excelencia de la música española. Una vida de transgresión y excesos que ha quedado plasmada en el documental Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí (2023) que se presentó el miércoles en los Multicines Manacor invitado por el Cineclub 39 Escalons. Hijo de un militar falangista, el viernes celebra sus cuatro décadas de carrera en el festival Punk in Roca en el Centro de Actividades Culturales La Roca de Muro.

¿Quién es Manolo Kabezabolo?
Manolo Kabezabolo soy yo. Empecé como un chaval que tenía cosas que decir y eligió la música. Es lo que más me gustaba, lo que más me llena. Me ha dado de un poco más de sosiego, desahogo, alegrías y tristezas. En el escenario es una sensación difícil de explicar… demasiado satisfactoria.

¿Manuel Méndez Lozano y Manolo Kabezabolo son la misma persona?
Deberían. De Manolo Kabezabolo hay bastantes leyendas que cuentan por allí que no tienen nada que ver con mi vida. Manuel Méndez Lozano está empezando a darse a conocer a partir del documental.

¿Cómo ha sido la experiencia de ver su vida en una película de una hora y media?
Es una cosa que no me había planteado. Cuando la hicimos tenía ganas de contar unas cuantas cosas de mi vida que para mí eran importante que se supieran. Lo he hecho y verlo reflejado allí es muy satisfactorio.

¿Qué quería contar?
Algunas meteduras de pata en mi vida, algunos desasosiegos y algunas injusticias con la psiquiatría y cosas así.

¿Qué piensa de la psiquiatría?
Que son el ‘dame de comer’ de los laboratorios. Todo se trata con una medicación que provoca efectos secundarios tremendos que normalmente son de por vida. En vez de curar o paliar las enfermedades, la mayoría las perpetúan. Deberían tratar más los problemas mentales con terapia y psicología que con medicación. Aquí mandan los laboratorios.

¿Piensa mucho en el ‘qué hubiera pasado si’…?
(Interrumpe). Podemos divagar todo lo que queramos. Podrían haber pasado unas cosas u otras. Llega un momento que dices ¿pa’qué? Te has comido demasiado la cabeza para no solucionar nada. Hay cosas que las hubiera hecho de otra manera pero no me quejo ni me arrepiento de nada. Al fin y al cabo, es lo que me ha llevado a ser quien soy ahora.

¿Está contento con la persona que es hoy en día?
Bueno...sí. Intento mejorar.

¿Qué recuerda de los años del psiquiátrico?
Recuerdo un trato muy penoso por parte del personal. Sobre todo cuando estuve en el psiquiátrico de Sant Boi. La primera temporada, hasta que vinieron mis padres a verme, ni siquiera me cambiaron de ropa, ni me dejaron afeitar. Tomaba 30 pastillas al día. Me despertaban a las tres de la mañana para darme dos pastillas para que me pudiese dormir. Fue muy desagradable.

¿Y lo que vino después? Los conciertos, el éxito, el cariño de la gente....
Siempre me gusta que me halaguen un poco. Que la gente te diga que disfruta con lo que haces es bonito. Con mi público, aparte de admiración, hay un cariño muy cercano y muy familiar y eso es básico. En los momentos malos igual vas por la calle hecho polvo y que se te acerque un chico de 20 años a decirte ‘gracias por haberme alegrado la mitad de mi vida’ reconforta bastante la autoestima, la verdad.

En sus letras se ve un espíritu de jugar con el lenguaje, de contar historias y de pasarlo bien.
Siempre me he movido entre el sarcasmo y la ironía.

¿Lo suyo es el humor triste?
Sí, eso es. Muchas veces sí, tristemente.

¿Qué es ser antisistema?
Pensar que la manera en la que se hacen las cosas jode a más de la mitad de la humanidad y que deberíamos intentar hacer las cosas de otra manera y enfrentarnos o colaborar lo menos posible con el sistema. Es muy jodido. Pácticamente, no hacemos .

¿Alguna vez le hubiera gustado ‘matar’ a Manolo Kabezabolo?
Alguna vez he pensado en dejar de ser yo. Me ha pasado por la cabeza, pero ha sido leve.

¿Qué persona le hubiera gustado conocer?
A Natxo ‘Cicatriz’. El día que lo iba a conocer se murió. Íbamos a coincidir en un concierto en Badalona la Noche de Reyes de 1996 pero falleció la noche antes.

¿Y de las que ha conocido a quien le hubiera gustado no conocer?
Unos cuantos psiquiatras, unos cuantos policías, algún juez que otro. Siempre hay gente que te hubiera gustado no conocer pero a veces viene bien ver donde están las flores del mal que decía Barón Rojo.

¿No hay futuro?
El futuro que venga y vamos a vivir el presente lo mejor que podamos e intentar buscar un método para paliar la situación que tenemos. ¿Que está jodido? Pues sí.