¿Es la primera vez que toca en el festival?
—No. He estado muchas veces, de las cuales tengo muy buen recuerdo. También he tocado bastante en Mallorca y estoy muy contento e ilusionado de volver y encontrarme con el público mallorquín y ver a amigos. Además el paisaje, el clima y su tierra es muy acogedores, aunque ahora está un poco invadida por el turismo.
¿Presenta alguna novedad en su programa ?
—La novedad es que toco piezas mías de mi composición en la primera parte, algo que no acostumbraba a hacer.
¿Cómo le gustaría impresionar a su público?
—No busco impresionar, pretendo comunicar y conectar. Teniendo en cuenta que también tocaré música de Solé, Mozart, Bach o Chopin, que es música muy grande y muy trascendente, mi finalidad es que el público capte esta trascendencia y después del concierto se encuentre un poco diferente que antes.
¿Dejará espacio para la improvisación?
—No. No soy improvisador, cuando toco música del siglo XVIII y XIX y piezas de Bach o de Mozart, improviso un poco alguna variante o ornamentación, algún enlace entre pieza y pieza. Estoy más especializado en tocar, también en componer, aunque no con la misma intensidad y también a improvisar dentro de lo que es la interpretación, pero no una sesión de improvisación, no tengo ni la costumbre, ni la práctica.
¿Cuáles han sido sus fuentes de inspiración ?
—He tenido a grandes maestros como Joan Guinjoan, que no improvisaba, era compositor y pianista, en mi época de formación fue quien más me influenció. También Joan Macià, Joaquín Zamacois por composición, y todas las personas con las que he ido haciendo música.
¿En su familia ya había músicos?
—Sí. Mi hermana, que tiene 9 años más que yo, también es pianista. Por lo tanto, cuando nací ya escuchaba tocar el piano en casa. Nuestra profesora fue una tía nuestra, hermana de nuestro padre, y mi padre también como aficionado ya tocaba. Así que la música clásica y el piano han estado muy presentes en mi casa.
¿Se considera un músico comercial ?
—No, la verdad es que siempre he hecho la música que a mí más me ha gustado. Afortunadamente, me he podido ganar la vida, pero lo cierto es que ganar dinero con la música nunca fue mi prioridad, no he pensado nunca en un programa determinado o en un compositor o un artista como una vía comercial, con la cual tener más éxito o ser más conocido o ganar más dinero.
¿Qué opina del panorama actual de la música clásica?
—Considero que hay mucha gente con talento. Desde el punto comercial de la oferta y la demanda, el promedio de edad del público ha subido a las personas mayores. Así que uno se pregunta qué harán los artistas cuando este público muera. La verdad es que hay una crisis de interés y de promoción, cada vez más la música clásica está menos presente en los medios de comunicación de importancia como la televisión o la radio, aunque las hay especializadas como Catalunya música o Radio clásica, pero de cada vez está menos presente.
¿En qué proyectos está trabajando ahora?
—Siempre estoy con repertorio nuevo. Ahora, tengo un festival en Valencia. De aquí a un año tengo que tocar en Barcelona y también tengo programados otros pequeños conciertos. También en Shanghái, Japón y afortunadamente continuó teniendo proyectos. Y para este verano, además de Deià, tengo otro festival en Portugal y una masterclass, también en México en breves, a nivel nacional estaré en agosto en Santiago de Compostela en un curso como profesor. El concierto en Deià es el arranque de mi agenda.
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