«Llevo ya realizadas muchas presentaciones del libro, en las que trato de explicar las razones de haber escrito la novela», avanzó el autor, quien señaló que «si hay un piano en el lugar de la presentación, suelo acompañar con música lo que estoy diciendo». Las investigaciones sobre un piano Steinweg, que Gener compró en Barcelona, son la base del relato. «Yo buscaba un piano muy especial, de una determinada marca y de una época, era difícil encontrar», indicó el músico, quien precisó que «hay que tener en cuenta que el instrumentista suele tener una estrecha relación con su instrumento».
Gener desveló que «el piano que deseaba apareció en un lugar inesperado, en una pequeña tienda desconocida de un callejón del barrio de Gracia, en Barcelona», y comentó que «era una marca que quería tener y de principios del siglo XX, es el precursor de los conocidísimos pianos Steinway, que se encuentran en las salas de todo el mundo». El divulgador, presentador de programas de televisión como Òpera en texans o Això no és una cançó, recordó que «todo empezó con una familia de judíos, que se pusieron como apellido Steinweg, un nombre muy alemán», y contó que «fabricaban pianos y, a finales del siglo XIX, el padre y el hermano marcharon a Nueva York, donde les americanizaron el nombre, convirtiéndose en Steinway, y comenzaron a fabricar los famosos pianos».
Del piano Grotrian-Steinweg, construido en 1915, Gener explicó que «pasó por distintas manos; al inicio, lo compró una señora para su hijo, un virtuoso pianista, para que pudiera tocarlo al regresar de la guerra; después, el piano pasaría por Francia, Inglaterra, Polonia y, finalmente, llegaría a Barcelona». El autor añadió que «el piano llegó a encontrarse en los dos bandos enfrentados de la guerra».
De las referencias bíblicas que incluye Història de un piano, el escritor aseguró que «permiten dar un sentido sagrado a la música», y apuntó que «hay algunas cosas que consideramos como las importantes de la vida y que todo el mundo sabe cuáles son; después de ellas, la más importante es la música, que gusta a todo el mundo y trasciende, además, es redentora».
En la novela, todos los sucesivos propietarios del piano se sienten atraídos por el Nocturno Núm. 2 de Frédéric Chopin. «Dos piezas se repiten en la historia, por un lado, el Nocturno Número 2 de Chopin, ya que todos los que viven con el piano, se sienten interpelados y tocan esta pieza, algo que tiene que ver con el polaco, el personaje que al final me vende el piano y que representa una conexión con Polonia», indicó Gener, quien matizó que «por otra parte, está presente Rêverie de Claude Debussy, una pieza que todos querrían tocar, pero no lo hacen». Gener confesó que «el poder de la música es tan grande que, a veces, no necesita sonar y me gusta pensar en la música soñada, aquella que puedes leer en papel, en una partitura, y que te imaginas.»
Carme Riera, como miembro del jurado del Premi Ramon Llull, dijo de Història de un piano que era una novela con la capacidad de emocionar. «Estoy muy contento de los comentarios de Carme Riera y me hacen muy feliz», declaró el narrador, y relató que «los lectores me cuentan que lloran al leer la novela y, a veces, me preguntan por qué un personaje muere, pero la razón es el tiempo, porque pasan cien años». Gener detalló que «en los personajes, hay personas reales y otros son ficticios, he convivido con ellos durante tres años, que es lo que he tardado en escribir la novela, he hablado e intimado con los personajes, y he sido el primero en llorar, cuando escribía».
Jóvenes
Como divulgador de la música clásica, Gener se encuentra a menudo con una pregunta recurrente, la de cómo aficionar a los más jóvenes. «Lo primero que pienso al intentar responderla es que no lo sé, pero en un segundo pensamiento, llego a la conclusión de que sólo podemos desear aquello que conocemos», asumió el prosista, y afirmó que «si se pone el conocimiento de la música al alcance de la gente, quizás acaben enamorándose de ella, por otra parte, hay un intento por diferenciar unas músicas de otras, que siempre me pone bastante nervioso, ya que todo es música». Gener concluyó que «se han de perder los complejos, se ha de poder enseñar una melodía de Rosalía o Taylor Swift, como si lo que se explicara fuera una pieza de Mozart, es lo que yo he intentado hacer durante toda mi vida.
7 comentarios
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Én serio son suyas esas palabras?
Increíble q diga algo así!!
Se puede, pero....Ya hemos terminado.
AHORA ENTIENDO lo que ocurre con la " Cultura " CATALANA. Que barbaridad...
Primero aprende a hablar en castellano, que duele en los ojos el titular. I sino, pues ho fas en mallorqui "cohone"
No compares a la vulgar Taylor Swift con Mozart. Tú eres tonto o te lo haces?.
Usted sabrá mucho de música pero yo no soy un neófito en el tema y esa comparación no es admisible.