Martin G. Ramis escribe 'El col·leccionista dels pots de farmàcia'.

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¿Qué le dirías a tu pareja que acaba de morir?¿Qué se puede decir, o se debe decir en ese momento? Este es el punto de partida de la obra de teatro El col·leccionista de pots de farmàcia, escrita y dirigida por Martin G. Ramis, que se podrá ver desde este viernes por la noche y hasta el domingo en el Teatre Municipal Mar i Terra de Palma. La obra, un monólogo producido por la compañía de Gabriel Morell, aborda la historia de una relación sentimental entre dos hombres; el muerto y su pareja, interpretada por Martín Garrido. La pieza, que cuenta con el apoyo de la dirección de artes escénicas del Ajuntament de Palma, está prevista que emprenda una pequeña gira que aún no está cerrada.

La obra narra la historia amorosa, de vida en común, de Pep y de Toni a través del monólogo del primero, que aparece en escena hablando con el cadáver, de cuerpo presente, del que fue su pareja. Al fallecer, se atreve a decirle todo aquello que no le dijo en las más de dos décadas que estuvieron juntos. «Son personas de edades diferentes. El muerto es mucho mayor; fallece con 90 años, mientras que su pareja, que es al que interpreto yo, tiene 50», explica Garrido.

La pieza aborda diferentes temas actuales ya que, por ejemplo, el fallecido se dedicó a la política, cosa que da pie a tratar diferentes temáticas que están presentes en el relato de Toni. «Pep fue alcalde de un pueblo, concretamente de Montuïri», explica el intérprete. Fruto de ese diálogo imposible entre de los dos personajes aparece la memoria de una historia que Garrido califica de «bonita» y que cuenta con una vertiente social que tiene que ver, entre otras cosas, con el reconocimiento de la homosexualidad. «La obra habla, por ejemplo, de lo que significaba ser gay durante el franquismo. Se narra el presente pero también el pasado, y se abordan los años oscuros de la dictadura», explica Garrido, a la vez que incide en la dureza del texto, que trata aspectos polémicos como la sexualidad, la política y la realidad del colectivo LGTBI en los pueblos de la isla, que es diferente a la que se da en las grandes ciudades.

A nivel escenográfico la pieza es sencilla pero efectista, con una gran cruz que domina y ocupa el escenario. «Es un montaje sencillo pero muy moderno, la iconografía religiosa forma una parte importante del mismo. El director apostó por algo muy conceptual», explica el intérprete. Pese a no ser un homenaje a Cinco horas con Mario, Garrido reconoce que la pieza tiene cierta influencia de la obra de Delibes. «Los personajes no tienen nada que ver, pero lo cierto es que por la iconografía religiosa puede que algún espectador encuentre cierto parentesco entre las dos obras», explica.

Martín Garrido, que también es director de cine, está centrado en estos momentos en un proyecto de dirección que rodará en el País Vasco y en los Pirineos catalanes sobre una novela negra que contará con un elenco con rostros conocidos a nivel nacional. En cuanto a Martín G. Ramis, autor del texto representado, es igualmente director de cine. En Filmin se puede ver su película Mordiendo la vida, rodada en Palma en los años 80 y donde aparecen, junto a Paul Naschy, personajes de la noche mallorquina como la transformista Layla.