La mujer alemana acusada de expolio habría contado que heredó estas piezas arqueológicas de su padre. | OPC

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Un millar de piezas arqueológicas de miles de años de antigüedad, y cuyo valor es todavía inestimable, se escondían en el apartamento de una mujer alemana y jubilada residente en Mallorca; parece la trama de una película, pero ocurrió hace apenas unas semanas en la Isla ¿De dónde salen esas piezas? ¿Cómo amasó una señora de tan avanzada edad tal cantidad de obras? Según ha podido saber este diario, las mismas pertenecían a su padre y ella supuestamente las habría heredado de esta colección privada que su progenitor articuló durante décadas, al menos «entre 25 y 30 años». Así lo informaron este martes a este diario fuentes cercanas de la investigación.

Según estas mismas informaciones, la mujer alemana, cuya identidad no se ha revelado, contó en su declaración que las piezas interceptadas pertenecieron a su padre o esta es la versión que ofreció cuando fue detenida hace unas semanas en Son Sant Joan en una operación policial a cargo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

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Esta historia se remonta a finales de octubre en el aeropuerto de Palma, cuando la señora de avanzada edad iba a tomar un vuelo con destino a su Alemania natal. Fue entonces cuando los agentes de la Guardia Civil sorprendieron a la jubilada germana con miles de restos arqueológicos. «No teníamos ninguna sospecha de ella, simplemente iba a pasar el equipaje a través del filtro del aeropuerto y ahí la interceptaron con dos bolsas de monedas, que pretendía tasarlas en su país de origen y sacar un beneficio», tal y como contó a este diario el pasado domingo el teniente Francisco Manuel Díaz, jefe de este organismo de la Benemérita en Balears.

Según el teniente Díaz, estas joyas arqueológicas probablemente hayan sido extraídas de diversas localizaciones de Mallorca, tanto en yacimientos subacuáticos como terrestres, aunque «no se descarta que también puedan provenir de otros lugares», añade el teniente. Existen otras tesis, como la que ofrece el arqueólogo Jaume Deyà, coordinador de las excavaciones en el yacimiento de Almallutx, en el Gorg Blau, que ha sido precisamente objeto de expolio en numerosas ocasiones. Deyà considera que visto el material incautado «podría decir que más del 90 por ciento» de éstas no habrían sido encontradas en la Isla.

Sobre el millar de piezas incautadas a la jubilada alemana en el aeropuerto, el arqueólogo sugiere que, lo más probable, es que se trate de «una colección privada» formada durante años «comprándolas en mercadillos o incluso en Consell», pudiendo ser muchas de ellas de expolios de hace décadas, cuando la ley era más laxa o incluso nula en la materia. Una teoría que cuadraría con el hecho de que las piezas pertenecieran a su padre.