Margalida Castell será la nueva gerente de la Llibreria Quart Creixent tras la jubilación de Miquela Serra, que se oficializará este sábado 30 de noviembre con un vermut. | Jaume Morey

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Desde que se supo que este Sant Jordi era su último como librera, son muchos los lectores que se han acercado estos meses a la Llibreria Quart Creixent para despedirse de Miquela Serra (Coll d’en Rabassa, 1958) quien ejercerá su último día como librera el próximo sábado 30 de noviembre después de 32 años siendo la cara visible de este negocio palmesano ya emblemático. Lo celebrarán con un vermut a partir de las 11.00 horas, aunque antes, este miércoles a las 19.00 horas, el poeta y editor de Adia Pau Vadell organiza un gran recital poético en su honor, que contará con la participación de Pere Perelló i Nomdedéu, Lucia Pietrelli, Carme Castells, Joan Tomàs Martínez Grimalt, Miquel Rayó, Pere Suau, Llucia Serra, Joan Perelló, Miquel Cardell y Clara Fiol.

«Lo llevo mal, pero ya me he hecho a la idea. En realidad estoy muy contenta de jubilarme, pues al final todo llega y ahora podré dedicarme a disfrutar de otras cosas. Sin embargo, por otra parte, quiero a Quart Creixent como si fuera mío y también a su gente», reconoce emocionada Serra, quien admite que lo que realmente sería doloroso es que Quart Creixent cerrara sus puertas por falta de relevo algo que, afortunadamente, no ha pasado. De hecho, hace ya dos semanas que Margalida Castell, su sucesora, se ha incorporado al equipo.

Trayectoria

Para Margalida Castell (Bunyola, 1986), el mundo de los libros no le resulta para nada ajeno. Formada en Humanitats i edició en la Universitat Autònoma de Barcelona, ha trabajado en editoriales como Vicens Vives o Santillana y en librerías de Barcelona e incluso en La Fatal, que abrió sus puertas en Lleida en época de pandemia. «Fue al contrario que aquí, puesto que implicó poner en marcha un nuevo proyecto, mientras que ahora se trata de mantener la misma esencia de siempre, el carácter que tanto define Quart Creixent; siempre con el reto de conseguir nuevos lectores», compara, a la vez que avanza su intención por dar más visibilidad a la poesía.

En este sentido, Castell afirma que hace tiempo que las librerías, han dejado de ser meros negocios en los que se pueden comprar libros y cada vez más apuestan por ser un «espacio cultural». Por ello, avanza, se apostará todavía más en organizar actividades para todos los gustos, conservando, por ejemplo, los dos clubs de lectura que llevan a cabo: el dedicado a público adulto, coordinado por Pilar Arnau, y el infantil que dirige Clara Fontanet. De hecho, esta última ya lleva unos meses trabajando en Quart Creixent. Así, a partir de ahora, Fontanet y Castell serán las caras visibles de la librería, cuyos propietarios son Amadeu y Marina Corbera, Joan y Judith Amer y Elionor Serra.

Tiempos

Miquela Serra es testigo de cómo ha cambiado el mundo del libro en las últimas décadas. «Hace 32 años, era un trabajo más tranquilo: no había ordenadores ni redes sociales, cada cliente tenía una ficha con sus datos. La jornada consistía en ordenar y colocar los títulos y estar pendientes de los clientes que entraban. Tampoco había tantas novedades y las distribuidoras iban mandado sus novedades. Ahora, en cambio, tienes que estar muy pendiente de los correos electrónicos, organizar actividades, llevar las redes sociales, etcétera. Se ha romantizado mucho, pero en una librería apenas hay tiempo para leer. Es un oficio precioso, pero hay que llevar a cabo muchas tareas», asegura.

Asimismo, los hábitos lectores también han mutado. «Hay muchas novedades, pero también hay lectores, al menos de una cierta edad. Creo que hay muchos lectores infantiles, pero llega un momento en que las pantallas acaban ganando la partida, sobre todo a partir de los 11 o 12 años. Vienen muchas familias a que les recomendemos libros que enganchen tanto como los móviles, para que recuperen el hábito de la lectura», explica. En este apartado, ambas recomiendan las saga Harry Potter, Unicòrnia, Anna Kadabra y L’Agus i els monstres.

Cabe recordar que Quart Creixent es la única librería de Balears que vende exclusivamente títulos en catalán, algo que contrasta con su ubicación, en los aledaños de la Plaça Major. En este sentido, Serra lamenta que ha cambiado la fisonomía del barrio por culpa del alquiler turístico, algo que «nos ha afectado mucho». Así las cosas, Castell celebra que todavía queden pequeños comercios emblemáticos que encuentren un relevo, algo especialmente difícil, admite, en el gremio del libro.