Parlanchina de la Torre y Martín Chinijo caracterizan a dos compañeros de clase un tanto aturullados. | Carmela Rodríguez

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El arte como herramienta cultural, social y pedagógica es la piedra angular sobre la que gira Do Re Gi Ra Sol ¡Clown!, una obra para toda la familia de la compañía canaria laGodot esCénica que adentra a los más pequeños es una esfera cultural, pero también repleta de valores que reforzarán su educación. Parlanchina de la Torre y Martín Chinijo son los protagonistas de este montaje que se subirá este sábado al escenario del Teatre Principal d’Inca, a las 18.30. Hablamos con Carmela Rodríguez, productora del montaje.

¿Cuáles son las líneas maestras de vuestro espectáculo?

Es un show que se basa en un clown pedagógico enfocado al público familiar, en el que homenajeamos el universo del arte así como a diferentes artistas de la historia, siempre dándole un toque relacionado con la naturaleza y el canto.

¿El clown es una buena herramienta pedagógica para introducir a los más pequeños en la esfera del arte?

Claro, porque el clown es amable. Es teatro pero al darle el toque clown entra mejor para que los niños lo entiendan más.

¿Por qué eligieron a artistas como Vivaldi, Lorca y Van Gogh como ejes dinamizadores de este montaje? ¿Son fáciles de trasladar al publico infantil?

Sí, sin duda. Les elegimos porque su obra es reconocida por todo el mundo, y como compañía fomentamos visibilizar a artistas hombres y mujeres por igual.

¿A qué desafíos se enfrentaron a la hora de armar el guion?

La principal dificultad fue la financiación, nos enfrentamos al reto de la periferia, pero hemos tenido suerte de entrar en el catálogo de Platea.

LaGodot esCénica comparte con sus homólogos mallorquinas el 'handicap' de la insularidad, lo cual reduce las posibilidades de difundir sus espectáculos...

Exacto, lo reduce muchísimo, aunque es este caso como te decía vamos con Platea, un plan del Gobierno de España que te financia los traslados de escenografía y equipo. Si no estuviéramos en el catálogo de Platea ir a Mallorca sería carísimo, no sería viable.

¿Cómo es la puesta en escena que han elaborado?

Es minimalista, se ha creado una escultura blanca con un toque de color, que es la nariz de un payaso. Se trata de un montaje de sesenta minutos que pasan muy rápidos, con una puesta en escena dinámica y divertida.

¿Cómo recibe el público infantil la herencia cultural que desliza    este montaje?, ¿hay un patrón común o cada niño lo interpreta a su manera?

Cuando se apaga la luz todos los niños se vuelven locos, pero una vez empieza a sonar la música ya conectan con la trama y no vuelven a desconectar hasta el final.

¿Qué rol desempeña cada personaje?

Parlanchina de la Torre y Martín Chinijo son dos compañeros de clase un tanto aturullados que se ayudan mutuamente.

¿Qué importancia tiene la imaginación en el proceso de estimulación cultural de un niño?

Muchísima, y sobre todo, no utilizar un lenguaje infantilizado.

Han construido un texto aparentemente sencillo, pero en cada escena hay un subtexto muy interesante...

Sí, en cada escena hay mucho movimiento, los protagonistas hacen música con el cuerpo creando ese subtexto.

¿Hay espacio para la interacción con el publico?

En el momento que suena la música te garantizo que todo el teatro interactúa, y hay momentos en que los niños se levantan y se ponen a bailar o a cantar...

¿Cómo describiría la atmósfera, la conexión, que se establece con el público sobre el escenario?

Pues es una conexión espontánea y amable, con muchas sonrisas, es algo divertido, conecta súper rápido con los niños.

¿Cómo mantienen la tensión para no perder la atención de un publico tan sencillo y a la par exigente como es el infantil?

Porque la trama está arriba todo el rato, la pieza no cae en ningún momento.