La comisaria de arte Raquel Victoria, en Palma. | Jaume Morey

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La nueva etapa de Es Baluard Museu d’Art Contemporani con el director David Barro ha pivotado entre dar cabida a lo local para dar proyección internacional y, a su vez, dialogar de tú a tú con artistas de renombre. A finales de este mes, el día 30, llegará una de las primeras pruebas de esta visión con el desembarco de nada menos que cuatro exposiciones el mismo día.

Desde los importantes nombres de Jessica Stockholder y Eugenio Dittborn a la propuesta colectiva Nachlleben, sin olvidar, claro, la del mallorquín José Fiol con el título de The Green Fog. Y es que esta última corre a cargo de la comisaria local Raquel Victoria, la primera de las cinco que estructuran el programa de ámbito mallorquín en el Espacio D del centro.

Victoria señala que «valora mucho» que instituciones de la Isla como Es Baluard «avalen» el trabajo de creadoras locales. Al fin y al cabo, se pregunta, «¿cómo puedo ir a Londres, por ejemplo, y convencer si en mi currículo no aparece que expongo en la principal institución de Mallorca siendo de aquí?». Por ello, Victoria destaca la labor de Barro, quien es un gran conocedor de la escena local.

Una de las obras de 'The Green Fog', de José Fiol.

Sobre The Green Fog, Victoria lo describe como una «reflexión de la final de Wimbledon del 75, con su primer ganador afroamericano (Arthur Ashe)» a la que une de manera inesperada la reinterpretación cinematográfica de Vértigo, de Alfred Hitchcock, llevada a cabo por Guy Maddin en el filme experimental The Green Fog.

A partir de estos elementos, Fiol explora la historia, el cine y el deporte y cómo estos se pueden unir para crear narrativas y significados nuevos. Todo ello a partir de una pintura «figurativa y conceptual, abstracta, al mismo tiempo». Una mezcla que, en origen, Victoria confiesa que «no pegaba ni con cola», pero que funciona y, de hecho, genera nuevas coordenadas semánticas que ella misma ha estructurado desde el comisariado.

Se podría decir que el verde es el punto de unión y «todo el proyecto se basa en él» y la instalación, que todavía está por llevarse a cabo, tratará de «recrear el Wimbledon del 75 en forma de embudo [a partir de las fases finales de las eliminatorias]» con el filme de Maddin como telón de fondo y, de alguna manera, pegamento. Como la línea de cal que marca el campo de tenis.

El artista José Fiol, que debuta en Es Baluard a finales de mes.

Entronca el proyecto con la tesis doctoral de Victoria, que estudia el clásico cubo blanco y el intento de que «esto cambie» en los espacios expositivos. Curiosamente, aquí el cubo blanco funciona, comenta Victoria, ya que sirve también como límite de la imaginaria y abstracta pista de Wimbledon que están construyendo.

Por su parte, Fiol, el artista, valora positivamente la colaboración con Victoria, a quien agradece su respeto a la «importancia procesual y conceptual» del creador, y se muestra con «buenas sensaciones y expectativas» al ser la suya la primera exposición de un pintor mallorquín en etapa de David Barro.

Fiol, que es tenista federado y compite, avanza que la muestra se compondrá de trípticos que jugarán con los dos tenistas que disputaron cada partido de la fase final del torneo e irán acompañados de un fotograma de la película de Maddin. Todo ello, claro, reimaginado pictóricamente por él mismo. «Recreo en pintura una fase final de un torneo de tenis, algo que creo que no se ha hecho nunca antes», comenta Fiol ante la inminente llegada de su debut en Es Baluard.