Los beach clubs se han convertido en el nuevo producto de la oferta turística de Eivissa. Apesar de no existir cifras exactas, estos establecimientos se cuentan por decenas en la costa ibicenca.

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Calidad, música, buen ambiente, sol, playa y buen servicio. Estos son algunos de los ingredientes necesarios para que el tradicional chiringuito de playa se convierta en un beach club, término que está totalmente asociado a la nueva oferta turística de Eivissa. Este tipo de establecimientos ha arraigado por los diferentes puntos de las costas de Balears, aunque es en Eivissa donde se han catapultado con gran éxito.

“Los beach clubs han existido siempre. Se trata de una transformación natural de los chiringuitos de playa que han evolucionado para satisfacer los gustos de un público cambiante. Siempre han estado ahí pero amparados bajo otro nombre u otro concepto”. Así define la nueva modalidad de estos establecimientos Duane Lineker, director del Ocean Beach Ibiza, que este verano celebra su segundo aniversario. “Nuestros clientes buscan disfrutar”, apunta y valora su experiencia al frente del Ocean Beach como “muy buena”. De hecho, el Ocean Beach Ibiza ha incrementado su oferta y cuenta ya con toda una serie de espectáculos y animaciones para los asiduos al establecimiento de la bahía de Sant Antoni.

Por su parte, el gerente de la recién estrenada Asociación Ocio de Ibiza que aglutina a varios beach clubs y discotecas de la isla, José Luis Benítez, señala que esta nueva fórmula de restauración y ocio combinada todo en uno surge “gracias a la demanda de los clientes que reclaman un servicio más exclusivo y de una alta calidad amenizado por buena música”.

Para Benítez el éxito de estos establecimientos, que se cuentan por decenas en Eivissa aunque no existen cifras exactas debido a que aún se está a la espera de que se determine el reglamento en la Ley General de Turimo, es la combinación “de playa, buen servicio y una calidad exquisita y con música. Todo ello genera una simbiosis extraordinaria y diferencial”, remarca. Estos elementos hacen que el público al que está enfocado este tipo de oferta sea de un nivel adquisitivo medio alto. Estos establecimientos, que según Benítez no se plantean abrir todo el año debido a las condiciones meteorológicas del invierno, suelen abrir en abril y cerrar a lo largo del mes de octubre.

Para Lineker, por su parte, la gran aceptación de su oferta se debe a la filosofía basada en la “atención, la educación y la celeridad en atender a nuestro público”. Al ser preguntado por el futuro de los beach club, el director de Ocean Beach Ibiza responde contundente: “Apostar por la calidad siempre. A la gente no le importa pagar si la comida o la bebida es buena. Ningún negocio puede triunfar solo porque esté ubicado en Eivissa, necesita algo más”.

Por su parte, el presidente de los hoteleros de las Pitiüses, Juanjo Riera, asegura que la gran aceptación de estos establecimientos se debe a que se conjugan los servicios de un restaurante o un bar de copas en la playa con el ambiente de una discoteca “pero en horas menos intempestivas”.

Para Riera, los beach clubs se pueden definir como lugares para “ver y dejarse ver, es una opción más para los clientes que les gusta ir a los sitios de moda, convirtiéndose así en un gran atractivo turístico” que está en auge en Eivissa y que se distingue por el sello de calidad. Aun así, desde la Federación Hotelera instan a la necesidad de encontrar un equilibrio entre el espacio de playa que ocupan estos establecimientos y el disponible para los ciudadanos. “Debe haber una consideración y respeto entre todos los usuarios de las playas”, sentencia Juanjo Riera.

Mallorca no permanece al margen de la nueva moda. Es más, algunos de los beach clubs de la isla se han convertido en referencia para el veraneo de famosos y clientes de alto standing de estos clubs, convertidos incluso en selectos centros de vida nocturna.