Vicent Vila mima la producción de su cerveza de Sant Climent. | Javier Coll

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Habla de ellas casi como si fueran sus hijas. Vicent Vila elabora cerveza artesana desde 2011 en su pequeña fábrica de Sant Climent, con la misma dedicación y atención con la que ha consolidado su afamado restaurante, Es Molí de Foc, que está a punto de cumplir los veinte años. Una cerveza sana de autor, como recalca él mismo, elaborada de forma natural sin aditivos ni conservantes y bautizada como Grahame Pearce en recuerdo de su querido amigo inglés, que le propuso en el año 2004 iniciarse en el mundo de la elaboración cervecera.

Lleva invertidos más de 750.000 mil euros en poco más de cien metros cuadrados de fábrica, y muchas horas de aprendizaje, rodeado siempre de profesionales con los que ha consolidado un producto muy apreciado en Menorca, cuyo mejor reconocimiento es el que le brindan los consumidores. Actualmente produce 40.000 litros entre barril y embotellado pero hace poco han realizado una fuerte inversión de 150.000 euros en maquinaria puntera con la que esperan doblar producción. “Creo que estamos en condiciones de asumir más cuota de mercado porque, tras cinco años, podemos ofrecer una cerveza de una calidad excelente”, afirma Vila.

Este valenciano de 57 años afincado en Menorca, licenciado en Historia y que toca la trompeta y el fliscorno, lleva tiempo impulsando su negocio cervecero, además de ser un gran cocinero, cuyos arroces bendice Serrat en su carta.

El proceso de elaboración que sigue la Grahame Pearce de Sant Climent no es de doble fermentación como habitualmente pasa con las cervezas artesanas sino que se basa en la técnica lagering, es decir, la que trabaja con el frío. “La palabra lager en alemán y en inglés significa guardar en frío. Este proceso proviene de mediados del siglo XIX cuando los alsacianos se dieron cuenta de que en las cuevas donde guardaban la nieve para poder conservar las cervezas el producto mejoraba. En la actualidad lo que hacemos es controlar la fermentación para que las levaduras trabajen de forma homogénea”, explica Vicent Vila.

“Además, al no estar pasteurizado, conserva todas sus propiedades y vitaminas. El único inconveniente es que elaborar cerveza sin añadir antioxidantes ni aditivos da como resultado un producto de caducidad corta que solo nos permite comercializarlo en la isla”, añade Vicent, que cuenta con la ayuda de su hijo Roger, maestro cervecero formado en la Universidad de Berlín, y Dani Cardona, un biotecnólogo que también conoce todo el proceso cervecero y que se encarga de los controles de producción. Un negocio eminentemente familiar en el que también se encargan del embotellado.

“Hacemos cuatro estilos de producto distintos. Una cerveza lager que representa el 85 por ciento de la producción; una cerveza Bière Blanche que hacemos con trigo cultivado en Sant Climent y que aromatizamos con piel de naranja y cilantro; y una cerveza Brown Ale, que tiene mucha aceptación entre el consumidor inglés. Este año además hemos elaborado una cerveza negra stout que será una primicia en el mercado. Hemos aprovechado también para renovar toda nuestra imagen gráfica. Nosotros nos dedicamos exclusivamente a la producción y de la distribución en toda Menorca se encarga la empresa Destilerías Xoriguer, que también es la responsable de la elaboración de la famosa ginebra menorquina”, detalla Vicent Vila.

OTPIMISMO. Soplan vientos favorables para Arrosseria del Convent SL. La cervecera de Sant Climent que hace tres años estuvo a punto de cerrar por unos problemas de salud felizmente superados, ahora disfruta de un optimismo que se refleja en el ritmo de trabajo que se vive en la fábrica adosada al mismo restaurante. La cerveza artesana vive en todo el país un momento de crecimiento imparable tras cinco años de aumento de ventas y los productores como Vivent Vila esperan que 2015 se convierta en su gran año, con un aumento del consumo.