DOS EMPRENDEDORES. Pedro Lluch y su mujer Carmen Nicoleta Anghel son jóvenes pero llevan quince años trabajando en el sector de la hostelería. Empezaron desde abajo, él como ayudante de recepción y ella como camarera de pisos en un gran complejo de 191 apartamentos. Al poco tiempo Pedro ya estaba como responsable de atención al cliente y Carmen asumía las funciones de gobernanta. Después de unos años en los que ambos ganaron experiencia a base de muchas horas y una dedicación intensiva que les llevó a poder trabajar en otros hoteles de Menorca y Mallorca, la pareja decidió emprender por cuenta propia y hace tres años invirtieron en un pequeño hotel de 16 habitaciones que está situado a la entrada de Ciutadella. “Trato familiar y cercanía con los clientes fue la receta que decidimos aplicar desde el primer momento”, explica Pedro Lluch. “Si haces las cosas bien, el cliente lo percibe enseguida y hoy en día las redes sociales se encargan del resto”, añade este empresario de 37 años.
La ilusión por ampliar su experiencia hacia otros establecimientos les hizo buscar nuevas oportunidades y a principios de este año les plantearon la posibilidad de poder alquilarlos Apartamentos Royal en Maó. “Fue una decisión rápida pero tomada a conciencia, porque hacía tiempo que pensábamos en algo como lo que nos brindaron. Implicamos a toda la familia para que nos pudieran ayudar porque el reto era poder abrir al inicio de temporada, así que empezamos la renovación del complejo”, detalla. “En colaboración con la propiedad del inmueble, se llevó a cabo una renovación integral, redecorando y cambiando el mobiliario de las habitaciones, del restaurante, o creando nuevos espacios que antes no existían, como una pérgola exterior que se ha convertido en uno de sus atractivos y ya ha acogido un par de eventos”, añade Lluch. Además del servicio diario de restaurante, los Apartamentos Royal Life disponen ahora también de una nueva zona de chill out con sillones y camas balinesas junto a sus dos piscinas, en la que quieren programar actividades y conciertos de formato íntimo durante todo el año, además de nuevos servicios como lavandería y duchas de cortesía para tripulantes de embarcaciones. “Estaremos abiertos todo el año y tendremos un equipo de 10 personas con una vocación de servicio permanente”, explica Pedro Lluch.
De cara al año próximo, están trabajando en poder disponer de una sala multifuncional en la que acoger reuniones de empresa, así como un gimnasio. Otro de los proyectos en marcha es un taller habilitado para bicicletas para recibir a turistas que vengan a recorrer la isla. “Este mismo invierno he estado viajando varias veces a Mallorca para contactar con touroperadores especializados que me permitan recibir este tipo de cliente”, añade.
En la mente de este joven emprendedor hotelero inquieto también está explotar un agroturismo en la isla, un proyecto que todavía no tiene forma pero supondría dar forma al nacimiento de una nueva cadena hotelera menorquina compuesta por tres establecimientos: un hotel, un complejo de apartamentos y un agroturismo.
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