"Junio, julio, agosto y Mahón, los mejores puertos del Mediterráneo son". Esta es la célebre frase acuñada por el almirante genovés medieval Andrea Doria, que la historia se ha encargado de recordarnos para ensalzar la belleza y el potencial de la rada mahonesa. Sin embargo, la singularidad de ser el puerto natural más grande del Mare Nostrum y el segundo del mundo después de Pearl Harbour, parece que pesan hoy en día más como una losa que como una ventaja competitiva. La jornada convocada el sábado pasado en el Club Marítimo de Maó por el Círculo de Economía de Menorca para hablar sobre la futura redacción de un plan estratégico tuvo la capacidad de devolver una cierta esperanza a los menorquines.
Especialmente lúcida fue la ponencia del profesor de la Universitat de Barcelona Joan Alemany, director de la revista Portus y consultor de puertos, que trazó las líneas maestras de lo que debía recoger el plan estratégico para el puerto de Maó. Su amplio bagaje internacional al frente de otros proyectos de mayor envergadura hizo didáctica la explicación sobre cuál debía ser la hoja de ruta que se tenía que llevar a cabo en Menorca. Alemany enunció en voz alta los objetivos que debía contemplar el plan y que pasaban por un desarrollo sostenible del puerto al servicio de Maó, es Castell y de toda Menorca, manteniendo el equilibrio entre todas las actividades y sectores vigentes (áreas naturales, patrimonio histórico, áreas urbanas, tráfico comercial, pesca, cruceros, náutica deportiva), al mismo tiempo que proponía introducir algún nuevo sector vinculado a la economía del conocimiento como algún centro de investigación o espacio de interpretación. Por un momento, pareció que el plan estratégico estaba acabado.
En cualquier caso, todos entendimos que ha llegado el momento en que la Autoridad Portuaria y sobre todo las corporaciones municipales de Maó y es Castell lideren esta misión de transformación estratégica que debería tener sus líneas trazadas como máximo, para el mes de marzo o abril del año que viene. Quizás el hándicap de las elecciones del 20 de diciembre pueda paralizar la actividad de los organismos públicos que tienen que marcar trazada pero no debemos dejar que esto suceda. Para los que asistimos a esta jornada, el ejemplo de la ciudad de Cartagena sirvió de esperanza de que la batalla se podría ganar y que la transformación del puerto no era una quimera. No lo dijo Andrea Doria sino algún publicista pero para el puerto de Maó, el mejor momento es ahora.
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