Carles Arnau, técnico comercial de la planta, y Rodrigo Carreño , gerente de TIV - Menorca. | Gemma Andreu

TWL
0

TIV Menorca - Tratamiento Integral de Residuos Voluminosos de Menorca SLU es una empresa de inserción laboral promovida y propiedad de Cáritas Diocesana de Menorca, creada en 2008 para gestionar la planta de tratamientos de residuos voluminosos de la isla. Una planta de selección, tratamiento y transferencia cuyo objetivo es trabajar para la inclusión social de colectivos en riesgo de exclusión a través de la inserción laboral en el sector residuos, contribuyendo al desarrollo sostenible de Menorca. Todo un proyecto social y empresarial de reciclaje y solidaridad que siete años después de su inauguración afronta nuevos retos, como la puesta en marcha de un nuevo servicio de destrucción de información confidencial que tienen la intención de extender también a toda la isla. Emplea a 12 personas y el año pasado facturó 539 mil euros.

ORÍGENES. Para poder hablar de los orígenes de la empresa TIV Menorca es obligatorio hacer referencia a Mestral, un proyecto de Cáritas Diocesanas nacido en 1993 en materia de residuos con el propósito de reutilizarlos para posteriormente pasar a su comercialización y de este modo, obtener un beneficio destinado íntegramente a la labor social. “Mestral lo consideramos como el embrión de TIV Menorca, ya que fue el primer gran ejemplo de un proyecto que interrelacionaba una doble función social y de sostenibilidad”, explica Rodrigo Carreño, gerente de TIV.

“En este sentido, se planteó como un taller pre laboral, dirigido a gente en riesgo de exclusión social a la que se le proporcionaba una formación previa para poder desarrollar capacidades que les permitieran conseguir una plena incorporación al mercado laboral”, añade. Los dos talleres de Mestral en Maó y Ciutadella sentaron las bases de lo que sería la planta de tratamiento de residuos voluminosos en un futuro.

Y en este sentido, cuando en el año 2003 se redactó el Plan Director de Residuos para Menorca, aprobado tres años más tarde, se contó con la colaboración de Cáritas Diocesana de Menorca, que participó aportando información respecto a la generación de residuos voluminosos de la isla y ayudó a establecer un modelo de gestión de residuos que incluyese la inserción laboral de colectivos desfavorecidos.

El plan director contemplaba la creación de dos plantas de residuos voluminosos en Menorca, una en Maó y la otra en Ciutadella. “Inicialmente el plan director pretendía aprovechar el trabajo que ya realizaba Mestral, aportando recursos y potenciando las dos naves que tenían en las dos ciudades, creando una división de reciclaje que no se tenía”, comenta el gerente de TIV. La existencia de unos fondos europeos del programa FEDER facilitó un acuerdo político a nivel de Govern balear, Consell Insular de Menorca y las ocho corporaciones municipales para que Cáritas Diocesana, como entidad sin ánimo de lucro, se pudiera beneficiar en la construcción de la planta. “Supuso la inversión de tres millones de euros, la mitad aportados por los fondos FEDER y el resto a través de una operación bancaria a largo plazo”, explica Carreño.

“El Ajuntament de Maó nos cedió unos terrenos de titularidad municipal para poder realizar la construcción de la planta de residuos voluminosos en una zona industrial muy cercana a la nave de Mestral y, para gestionar esta planta, Cáritas Diocesana constituyó TIV Menorca. Una empresa de inserción laboral, que al igual que Serveis Ambientals de Deixalles en 1986, son las dos únicas de estas características que existen en Balears”, puntualiza.

La puesta en marcha tenía un triple objetivo medioambiental para garantizar la correcta gestión de los residuos voluminoso, evitando el vertido de residuos primarios y fomentando la reutilización y el reciclaje. Asimismo tenía un objetivo social para trabajar en pro de la inclusión social de colectivos desfavorecidos a través de la inserción laboral y, por último, un objetivo de sensibilización como agente dinamizador de la sociedad con tal de concienciar a la población en materia social y medioambiental.

FUNCIONAMIENTO. El sistema productivo de la planta de TIV Menorca está diseñado para garantizar la correcta gestión de los residuos voluminosos, de manera que evita el vertido de residuos primarios y fomenta la reutilización y el reciclaje. En la planta trabajan doce personas como un centro de selección, tratamiento y transferencia de residuos. Tras un proceso de selección y clasificación, los residuos reciben un tratamiento primario para ser derivados, posteriormente, a otros gestores o plantas de tratamiento. TIV Menorca ha trabajado como empresa de inserción laboral desde el inicio de su actividad. La planta de residuos voluminosos de Menorca comenzó a funcionar el 14 de abril de 2009 y para dar un tiempo de adaptación a los diferentes usuarios, trabajó paralelamente al vertedero de Milá hasta el 28 de mayo de 2009. De esta manera, se puede decir que TIV Menorca ha gestionado los residuos voluminosos de la isla a partir del mes de junio de 2009 y durante estos seis años ha gestionado el tratamiento de diecisiete millones de kilos de residuos voluminosos. Es decir, todo aquello que son sillas, camas, armarios, mesas, sofás, muebles en general, colchones, electrodomésticos (neveras, lavadoras, televisión, ordenadores, ...), así como aquellos de origen industrial, como pueden ser embalajes, palets, maderas o plásticos.

“En todo este tiempo se ha trabajado para implantar un modelo de gestión empresarial que combinase la gestión de los residuos con la inclusión social a través de la inserción laboral”, detalla el gerente. “Desde 2009 hasta diciembre de 2014 han pasado 109 personas por este programa y el porcentaje de inserción laboral ha sido de un 43 por ciento, cosa que revela su éxito. Actualmente el programa de inserción para personas beneficiarias que perciben la renta mínima de inserción cuenta con 16 personas”, informa Carreño. “En lo que se refiere a nivel de residuos, hemos tenido una media de tratamiento de más de dos millones de kilos de residuos excepto en el periodo que va desde junio de 2011 hasta junio de 2012, cuando un incendio fortuito de la planta nos obligó a cerrar temporalmente”, añade.

Estos últimos años, la planta se ha visto también afectada por un descenso de entrada de residuos al tener que convivir con la puesta en funcionamiento de la red municipal de puntos limpios (deixalleries). “Es todo un desafío al que tenemos que hacer frente, ya que los ayuntamientos han dejado de utilizar nuestros servicios aunque por nuestra parte hemos conseguido incrementar la participación del sector industrial y de otras plantas de tratamiento”, concluye el gerente.

De cara al año que viene tienen previsto iniciar un nuevo servicio de destrucción de documentación confidencial que incluirá la recogida en las oficinas del cliente, el transporte hasta la planta y la posterior destrucción, tal y como explica Carles Arnau, técnico comercial. “Estamos enfocados a administraciones públicas, notarías, gestorías, despachos y toda clase de empresas que llevan a cabo un tratamiento de información confidencial que en algún momento precisa ser destruida porque ya no se necesita o ha caducado”, explica Arnau.

“Estamos hablando de datos contables, datos de clientes, facturas, planes estratégicos, currículos o documentación legal, sea en el formato que sea, ya que también hacemos destrucción de discos duros, ordenadores o pendrives”, puntualiza. La destrucción también incluye la posibilidad de certificar el trabajo realizado así como la entrega del certificado. “También ponemos a disposición del cliente unos contenedores especiales para depositar durante el día a día todo aquello que precisa ser destruido para posteriormente recogerlo periódicamente”, explica Arnau. “En este nuevo servicio dirigido a organismos y empresas públicas o privadas también se ofrece la recogida gratuita de todos los residuos voluminosos, así como también la recogida de residuos peligrosos”, concluye.