Foto de familia de Comercial Jaype | Javier Coll

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A lo largo de cuarenta y cinco años, Jaype se ha ganado la confianza de sus clientes por su capacidad de servicio. Siempre ha sido el último recurso en Menorca para encontrar aquella pieza, aquel aplique o aquel accesorio, difícil de obtener. Empezó siendo una pequeña ferretería y hoy en día ocupa una superficie de más de cinco mil metros construidos en el polígono de Maó con un imponente edificio. La tercera generación de esta empresa familiar que iniciaron dos socios ha empezado a trabajar y formarse para tomar las riendas.

ORÍGENES. Fue a principios de la década de los años setenta cuando Pedro Pons Olives y Jaime Pelegrí Gomila decidieron asociarse para abrir una ferretería industrial en el centro de Maó. Pelegrí había trabajado como comercial y Pons era constructor. Su objetivo era ofrecer a particulares y profesionales, material de ferretería, de construcción, maquinaria agrícola y toda clase de material para lampistas y fontaneros. Por su trayectoria profesional, pensaron en ofrecer soluciones para la instalación de redes de agua, sistemas de bombeo y riegos, convirtiéndose en unos especialistas en extracción, transporte y tratamiento de agua. En aquellos años se estaba produciendo la construcción de toda la red de agua potable para urbanizaciones y en consecuencia se necesitaba mucho material.

Comercial Jaype trabajaba como almacén mayorista aunque, poco a poco, se fueron abriendo al público en general, que también acudía a su tienda en la calle José María Cuadrado, en la que atendían junto dos empleados más. A finales de los setenta fueron consolidando el negocio y se constituyeron como sociedad anónima, adoptando la marca de Comercial Jaype, sumando los nombres de Jaime y Pedro. Fue precisamente en 1977 cuando se incorporó como mozo de almacén su actual gerente, Bernardo Pons, que era hijo de uno de los dos socios.

La favorable evolución del negocio les empujó a ampliar su tienda con los locales que tenía al lado hasta llegar a los 400 metros cuadrados. Esto les facilitó, por ejemplo, poder montar una de las únicas exposiciones en tienda de maquinaria agrícola que había entonces en Menorca, ya que en aquella época, el sector primario tenía un peso muy importante en la economía local y les representaba más de un 30 por ciento de su facturación.

También decidieron alquilar un segundo almacén operativo de 600 metros cuadrados en el polígono industrial de Maó que les permitía disponer de un gran stock. “Uno de nuestros puntos fuertes era y sigue siendo el servicio postventa que ofrecemos, ya que no solo vendemos las tuberías, las bombas de agua o los descalcificadores, sino que estudiamos y aconsejamos la mejor solución”, explica Bernardo. En Jaype siempre han tenido la inquietud de buscar nuevos materiales y productos que ofrecer, por lo que no han dejado de acudir a ferias nacionales e internacionales que les han permitido poder ser pioneros en la introducción de nuevos materiales en la isla.

EL NUEVO JAYPE. El 29 de junio de 1991 marcó un antes y un después de esta empresa familiar, ya fue la fecha de la inauguración de la sede actual, en plena avenida principal del polígono industrial de Maó. Una parcela de cuatro mil metros cuadrados sobre la que levantaron un edificio imponente de cinco mil doscientos metros, compuesto por sótano, planta baja y dos pisos. Esto les permitió unir la oficina, el almacén y el taller, concentrando todas las secciones en un mismo espacio. La incorporación de nuevos medios, como un puente grúa de 32 metros de longitud, representó una mejora en la forma de trabajar de la empresa, que en aquella época tenía 34 empleados. Una inversión de casi novecientos mil euros y dos años de trabajo que sentó las bases para convertirse en un referente. Representó un salto cualitativo con el que también abrieron una nueva línea de negocio de menaje del hogar, que hasta el momento no habían tenido y que supuso introducir temas como jardinería, barbacoas o estufas en un amplio abanico de nuevas marcas.

Ese momento también coincidió con la integración en la cooperativa de compras Coinfer para poder ser más competitivos. También consolidaron servicios como el reparto a domicilio y un horario de atención al público más amplio con el que poder atender mejor. “El precio se olvida pero la calidad perdura” fue siempre el mensaje que Bernardo Pons fue inculcando como hoja de ruta para seguir trabajando.

Los vientos favorables del sector de la construcción dieron lugar a la aparición de nuevos competidores que frenaron su expansión comercial a otras poblaciones de Menorca y, con la aparición de la crisis, afectaron la cuenta de resultados de la compañía, con una caída entre el treinta y el cuarenta por ciento de su facturación. “Han sido los años más difíciles para Comercial Jaype, en los que hemos tenido que hacer frente a un severo ajuste de personal”, detalla Bernardo Pons.

FUTURO Y RELEVO. Desde hace cuatro años, la sociedad ha quedado en manos de la familia Pons Olives, lo que ha supuesto la progresiva incorporación de la tercera generación, como Nuria Pons, la hija de Bernardo, que forma parte del equipo de administración, su primo Fernando Salom, que es ingeniero, o Susana Salom, que se encarga de la parte de decoración y hogar. El proyecto más inmediato que tienen es la creación de una página web para seguir manteniendo su vocación de servicio y acceso directo para clientes. “Queremos facilitar la compra al residente en Menorca y sobre todo al visitante”, explica Fernando Salom. Con una cartera comercial de 6.000 clientes, 45.000 referencias y una facturación en 2014 de 2,5 millones de euros, Comercial Jaype está dando pasos para asentar el futuro. “El objetivo es seguir trabajando con marcas nacionales e internacionales de referencia, que aporten un sello de calidad indiscutible como hemos hecho desde nuestros inicios, con una vocación total de servicio”, concluye Fernando. Su tío todavía no tiene planes de jubilación pero él tiene claro que seguirá apostando por ser el sitio de referencia para los menorquines.