En el mes de julio se batió el récord histórico de afiliados a la Seguridad Social en Balears. | Daniel Espinosa
El mercado laboral evoluciona favorablemente en Balears y alcanza las cifras de afiliados a la Seguridad Social de antes de la crisis e incluso las supera, ya que en julio se batió el récord histórico de afiliaciones con 533.594. Lo que todavía no se ha conseguido es igualar el número de horas trabajadas del año 2008, de lo que se deduce que hay más personas empleadas, pero esta mejora se ha producido a costa de un incremento generalizado del trabajo a tiempo parcial.
En el segundo trimestre de este año estaban ocupados 547.100 trabajadores según la Encuesta de Población Activa (EPA). Son 21.300 más que el año pasado en el mismo periodo. Si nos remontamos a los datos previos a la crisis, en 2008 la cifra de ocupados era de 528.500. Es decir que la ocupación de la EPA se ha incrementado un 3,5% o 18.600 personas en ocho años.
Sin embargo, la parcialidad y la temporalidad presentes durante todos estos años han rebajado de manera sustancial el número medio de horas trabajadas por semana. Si en el segundo trimestre de 2008 la jornada media era de 37,57 horas, en 2016 era solamente de 36,22.
El cómputo global de horas trabajadas en el segundo trimestre de 2008 es de 19.855.745. La misma cifra de 2016 es inferior y asciende a 19.815.962 horas totales. Es decir, que más personas trabajan menos horas y todavía no se ha alcanzado el nivel de trabajo existente antes de la crisis. O, lo que es lo mismo, que menos trabajo se reparte entre más personas.
Asimismo, la tasa de actividad alcanzaba en el segundo trimestre el 66,72%, la mayor de España, y la tasa de paro era del 13,02%, la segunda mejor del país solo por detrás del País Vasco, que tiene un paro del 12,50%.
Por otra parte, las afiliaciones a la Seguridad Social evolucionan de manera muy positiva. De hecho, en julio se batió el récord histórico de afiliaciones con 533.594 trabajadores. Cabe tener en cuenta que una persona con dos contratos parciales figura dos veces como afiliadado, aunque aseguran desde el Govern que solo se encuentra en esta situación una pequeña minoría de trabajadores.
El director general d'Ocupació i Economia, Llorenç Pou, cree que “el número de afiliados es importante pero no tanto como las horas trabajadas”. “El número total de horas trabajadas está creciendo y está cerca de alcanzar esta meta”, menciona en relación al dato de horas trabajadas en el segundo trimestre de 2008.
2013, PUNTO DE INFLEXIÓN. El empleo en términos de afiliados sigue un crecimiento sostenido que se inició a mediados de 2013, cuando en el mes de mayo se pasó a crear empleo en lugar de destruirlo, que es lo que había estado ocurriendo durante cinco años, desde julio de 2008.
Hubo un conato de recuperación en el mercado laboral en junio, agosto y septiembre de 2011, cuando las Islas empezaban a ver los primeros indicios de salidad de la crisis -el PIB de 2011 creció un 0,3%-, pero no se sostuvo y hubo que esperar dos años más para empezar a crear empleo.
El mercado laboral presenta signos evidentes de mejora a remolque de la recuperación del PIB. El año pasado la economía balear creció un 3,2% y alcanzó el nivel de actividad previo a la crisis, logrando un Producto Interior Bruto de 27.546 millones de euros, superior al de 2008. Para este año, el Govern prevé que la economía crezca un 4% (3,5% en Menorca, 4% en Mallorca y 4,2% en las Pitiüses).
El empleo es una variable procíclica que reacciona un año o dos más tarde que la de la actividad, de manera que se puede esperar que en los próximos meses se siga reduciendo la cifra del paro a la vez que aumenta la contratación.
TEMPORALIDAD. ¿Cómo es el empleo que se crea? La primera característica es la temporalidad. El año 2016 empezó con 374.473 trabajadores afiliados, en marzo ya alcanzó los 417 mil y se han superado los 530 mil en verano, de lo que seduce que aproximadamente una tercera parte del grueso de trabajadores es estacional, incorporado con la llegada de la temporada alta turística.
En el segundo trimestre, solo el 37,47% de los afiliados tenía un contrato de la máxima calidad, indefinido a tiempo completo. Los privilegiados eran 155.027, de los 413.777 trabajadores que hubo de media de abril a junio. La parcialidad afectaba a 70.827 trabajadores, ya que 28.743 tenían un contrato indefinido a tiempo parcial (6,95%) y 42.084 eran temporales a tiempo parcial (10,17%).
Había otros 112.491 afiliados con contrato temporal a tiempo completo, hasta sumar 154.575 temporales en total, el 37,36%. Y otras 2.566 personas tenían un contrato de formación.
El resto, 72.866 trabajadores, un 17,61% del total, eran fijos discontinuos.
FIJOS DISCONTINUOS. La figura del fijo discontinuo es otro hecho diferencial del mercado laboral balear. Aunque existe en otros sectores, tiene un papel protagonista en la hostelería, y no abunda tanto en Canarias como aquí debido a que ellos se dedican al turismo los 12 meses del año.
En concreto, en la hostelería, cuatro de cada diez afiliados en el segundo trimestre tenían un contrato indefinido fijo discontinuo, exactamente 50.635 trabajadores. En el alojamiento esta tendencia llega a la mitad de su masa laboral, 35.191 de 71.043 personas. En comidas y bebidas el porcentaje es menor, un 27,93%.
Este contrato también prolifera en transporte y almacenamiento (21,62%), actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (18,87%), industria manufacturera (14,43%) y actividades administrativas y auxiliares (10,01%).
En julio de este año hubo en Balears 74.607 fijos discontinuos entre el total de afiliados, y en agosto llegaron a 75.745. En 2015 habían sido 68.501 en julio y 69.037 en agosto, lo que representa aumentos similares al resto de perfiles laborales.
Para Silvia Montejano, responsable del área de Empleo de Comisiones Obreras, el contrato de fijo discontinuo prolifera porque se adapta a la demanda del mercado de trabajo de las Islas. “El contrato indefinido fijo discontinuo está presente en todos los sectores, pero especialmente en la hostelería, que tiene la temporada baja en invierno y la punta de ocupación durante el verano. También es frecuente en sectores de la oferta complementaria como el comercio y en el transporte discrecional. Se utiliza también en la educación, con colectivos como el de los monitores de comedor y de talleres, y el personal técnico educativo de apoyo que no son funcionarios. En este caso, es en verano cuando no trabajan. Y también es frecuente en el sector público, en personal laboral para determiados proyectos de la Administración”, explica.
El contrato fijo discontinuo tiene una serie de peculiaridades. Para tener derecho a cobrar cuatro meses de prestación de paro, el trabajador tiene que haber cotizado 12 meses. De esta manera, la situación es muy diferente en función de los meses que puedan trabajar. Estar empleados solo cinco meses implica que solo pueden cobrar después de tres veranos trabajando. En cambio, con solo alargar el trabajo a los siete meses, ya pueden cobrar la prestación contributiva de paro cada dos años.
Para compensar las temporadas sin ingresos existe el subsidio de los 426 euros (la antigua ayuda familiar) si los ingresos en el núcleo familiar no superan los 491,40 euros por persona que lo forma -padres e hijos-. De este modo, las personas que acceden al subsidio cobran un año el paro y el otro la ayuda.
Además, el fijo discontinuo se considera empleo indefinido, y en consecuencia, cuando deja de trabajar a finales de temporada turística, no computa en las listas de paro registrado. Es decir, que a la cifra de parados registrados, en invierno hay que sumarle todos los fijos discontinuos de la hostelería que en esos meses no trabajan. Eso sí, los fijos discontinuos pueden coger otro empleo en los meses en que no trabajan.
Las consecuencias de no poder trabajar durante todo el año, apuntan tanto Silvia Montejano como Llorenç Pou, son dos principales: por una parte, es evidente que el contrato de fijo discontinuo ofrece menos seguridad y causa una pérdida de poder adquisitivo y de potencial económico de la región, de Balears, frente a otras comunidades donde toda la masa laboral puede trabajar los 12 meses del año. Y la segunda es un perjucio directo en la cotización a la Seguridad Social, lo que retrasa la edad de jubilación y cierra algunas puertas a opciones como la jubilación parcial a los 61 años. “Ningún fijo discontinuo puede acceder a esta ventaja porque, como tienen lagunas en la cotización, ninguno cumple los seis años de antigüedad que exige la ley”, explica.
La solución a esta situación es para CCOO la “doble diversificación”, por una parte la desestacionalización, para hacer un turismo sostenible que dure todo el año, y por otra parte la diversificación sectorial, “la apuesta por otros sectores productivos que generen ocupación de calidad como la industria, las energías renovables, TIC; I+D+i o la industria”, puntualiza Silvia Montejano.
CONTRATOS. Aumenta la contración, tanto temporal como indefinida, pero se reduce el periodo de contratación en los de duración determinada.
En el mes de agosto se firmaron 39.815 contratos. Un 14,8% de ellos fueron indefinidos (5.912) y el resto, 33.903, temporales. En agosto de 2015 los contratos indefinidos eran el 9,23%. Es decir, que esta cifra ha mejorado en porcentaje pero la repercursión real es limitada: de cada 20 contratos, ahora tres son indefinidos, mientras que hace un año eran algo menos de dos (1,846 de cada 20). Con todo, Balears fue en agosto la comunidad con más peso de los contratos indefinidos, con una tendencia similar en todas las islas excepto en Formentera, donde el 41,6% de contratos firmados en agosto fueron indefinidos.
En cuanto a la duración de los contratos temporales, en agosto, casi tres de cada diez fueron de menos de un mes (27,6%), una cifra que se reduce a dos de cada diez (19,4%) para el conjunto del año 2016.
De cada cien nuevas relaciones laborales que se firmaron en agosto, 15 fueron contratos indefinidos, 57 de menos de tres meses, 20 de duración indeterminada y el resto, ocho de cada diez, fueron temporales de tres a doce meses u otros tipos de contrato menos habituales.
Por sectores, de cada cien contratos de agosto, 90 se firmaron en el sector servicios, uno en agricultura, dos en industria y seis en la construcción.
La tendencia de todo el año es muy similar: 13 contratos indefinidos por cada 100 firmados, 65 temporales y 22 indeterminados (no se especifica). Del 65% de temporales, los de menos de un mes son mayoritarios (19 de cada 100, casi uno de cada cinco), 23 son de tres a seis meses, y siete son de seis meses a un año de duración.
PRECARIEDAD. Para el director general de Economía y Ocupación, la buena temporada turística tienen un impacto real en la creación de puestos de trabajo y poco a poco mejora su calidad. “Los contratos fijos discontinuos se están alargando tanto al principio como al final de la temporada. Con la reforma laboral se creó mucho trabajo a tiempo parcial, pero ahora se ha estancado su creación y los nuevos empleos que surgen son a tiempo completo. Por otra parte, hacemos esfuerzos para que en los sectores estructurales los contratos sean indefinidos. Insistimos en que el empleo temporal fomenta la rotación y la precariedad, impide la formación y repercute en menos productividad, mientras que el indefinido contribuye a mejorar la competitividad”, concluye.
3 comentarios
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Sr. Rajoy seria tan amable de explícanoslo, y deja de tomarnos por tonto.
Totalmente de acuerdo con tu comentario, Mateu. Tengo amigos trabajando en hostelería a media jornada, la cual no suele bajar de las 6 horas diarias. Lo que hay en este sector es una inmensa bolsa de fraude.
per dir-ho de forma correcta no seria menys hores treballades sino menys hores registrades, perquè se'n fan moltes que no es registren. Quanta gent que fa feina a hotels no se'ls ha fet firmar un horari que llavors no es compleix?