Uno de los factores determinantes ha sido el adiós de la incertidumbre política que ha estado presente durante el último año, aunque no el único. De hecho, buena parte de la subida del 4,14% de nuestro selectivo se debe a que los bancos han recuperado parte de lo perdido en los últimos meses (a excepción de Popular que ha perdido otro 9,26%), aun sin estar muy clara su situación. Así, entre las mayores subidas encontramos empresas de este sector, como el BBVA (+24,07%) o Caixabank (+22,59%), mientras en el lado opuesto se sitúan dos empresas de consumo, que durante este año lo han hecho bien, como DIA (-11,50%) y Viscofán (-10,85).
De las otras tres “grandes” el Santander, siguiendo la tendencia de los bancos, ha recuperado un 14,74%, mientras que Telefónica se ha revalorizado un 2,72%.
Por lo que respecta a Meliá, la única balear en el continuo español (y en el IBEX) ha conseguido una subida algo más moderada: +1,49%.
En el resto de Europa también ha habido subidas, aunque no han sido tan espectaculares: el EuroStoxx ha sido de los más fuertes (no hay que olvidar que tiene BBVA y Santander entre sus cincuenta componentes) con subidas del 1,77 por ciento, seguido del DAX alemán y el CAC francés con un 1,47 y un 1,37 por ciento, respectivamente.
Fuera del viejo continente se han girado las tornas, y los dos principales índices norteamericanos han caído y han perdido sus anteriores máximos históricos: el tecnológico Nasdaq ha perdido un -2,31% y el S&P un -1,94%. Mientras el Nikkei japonés, que se ha comportado peor todo el año, ha ganado un 5,93%.
Entre los países emergentes destaca una vez más este año el Bovespa brasileño que con su subida del 11,23% ha impulsado con fuerza al IBEX (muchas compañías españolas tienen intereses en el país carioca).
Entre los asiáticos ha habido de todo. Así, por ejemplo, el índice doméstico de Shangái ha subido un +3,19%, pero el abierto Hang Seng ha perdido un 1,56%.
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