En la nueva decoración de las habitaciones o de los espacios comunes, como la cafetería, predominan los colores claros y la madera.

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Coqueto, moderno y con un toque nórdico en su decoración, el Hostal Jume vive desde hace un año una metamorfosis que le ha llegado a las puertas de la celebración de su cuarenta aniversario. Un cambio de concepto para este alojamiento fundado por la familia Melsión en 1978 que está poniendo al día, sin perder su idiosincrasia, la nueva dirección de Atón Rodríguez y Pedro Pons. Primera experiencia en el sector de la hostelería para estos dos emprendedores séniors con un largo bagaje acumulado en turismo, que de algún modo hacen realidad el sueño de llevar a la práctica todo lo experimentado.

Una suma de elementos para el Jume Urban Rooms que está haciendo brillar entre el paisaje a este céntrico establecimiento de 39 habitaciones, otrora escondido del paisaje de Maó.

ORÍGENES. El edificio que actualmente ocupa el actual Hostal Jume en la calle Concepción de Maó fue anteriormente la antigua escuela de La Salle, Ca los Hermanos como popularmente se le conocía. Un espacio de dos mil metros cuadrados, en el que también vivían los presbíteros,que se encargaban de dar clase, y que a finales de los años setenta decidió un cambio de ubicación pensando en su futura ampliación. La oportunidad de transformarlo en establecimiento turístico le sobrevino a Juan Melsión, que vivía en el mismo barrio y que cuando se enteró del movimiento no dudó en hacerse con el inmueble.

En 1978 abría el nuevo hostal en pleno centro de la ciudad frente al Mercat del Claustre del Carme gestionado por la propia familia que se encargó de ponerlo en marcha. Un establecimiento sencillo de 39 habitaciones, sin más pretensiones que poder ofrecer cama y desayuno al visitante ocasional que en aquella época descubría la isla. Menorca en aquel momento se estaba abriendo al turismo en las zonas costeras y la apertura de nuevas ofertas de interior invitaban al optimismo.

Hasta el año 2007 la gestión del hostal siguió en manos de la misma familia propietaria que entonces optó por externalizarla. En 2008 se llevó a cabo una serie de reformas estructurales en las que se dotó al hostal, entre otros, de ascensor y de las preventivas medidas contra incendio que les obligaba la normativa. Pero en enero de 2017 se produjo un cambio en la gestión y empezó la nueva etapa de Jume Urban Rooms.

NUEVO CONCEPTO. Sin dejar de ser un hostal, pero inspirándose en ejemplos de establecimientos similares con encanto de Barcelona o Madrid que marcan tendencia, Atón Rodríguez y su marido Pedro Pons asumieron el reto de llevar todo el trabajo de transformación desde la nueva dirección. Su objetivo pasaba por mimar al cliente y poder ofrecerle un espacio confortable y acogedor que estuviese al día.

"La palabra hostal en nuestro país evoca un hotel barato, una pensión, pero en cambio, en Europa, se trata de un hostel y tiene otras connotaciones”, explica Pedro Pons, director financiero del establecimiento. “Queríamos darle luz y color y que de algún modo la nueva decoración se convirtiese en el motor del cambio”, añade Atón Rodríguez, directora del Jume Urban Rooms.

Con más de 25 años de experiencia en gestión turística, ambos profesionales acumulan un largo bagaje en el sector tras haber pasado por diversas responsabilidades. La nueva directora del Jume Urban Rooms, además de haber estudiado decoración, había trabajado estrechamente con el touroperador alemán TUI así como también su marido, con quien comparte la propiedad de una agencia de viajes que regentan desde 2012. Pons, por su parte, también se había encargado de otros negocios relacionados con la gestión de villas y apartamentos. “Nos pareció que era nuestro momento y nos lanzamos de una manera romántica a la idea”, afirma la directora.

Después de iniciar el proyecto, abordaron la remodelación de 22 de las 39 habitaciones, además de las zonas comunes de recepción y cafetería. “Con la nueva decoración decidimos renovar suelos, ventanas y mobiliario, pero también los elementos esenciales como el colchón o la calidad del wifi, hoy fundamental”, detalla Pons.

Una de las novedades del Jume Urban Rooms es que va a disponer de un espacio para poder acoger las bicicletas de los cicloturistas.

“Estamos a punto de que nos certifiquen como Bike Friendly por los servicios que seremos capaces de brindar a este tipo de huésped que viaja con las dos ruedas”, detalla Pedro Pons. En el hostal se dispondrá desde un taller para autorreparación de las bicicletas con caja de recambios a su disposición hasta la ubicación de un parking seguro para ellas.

FUTURO. Tras los primeros cambios, la respuesta del cliente habitual ha sido, sobre todo, de asombro al encontrarse un establecimiento reformulado y puesto al día. “Yo creo que estamos cambiando un poco el perfil de nuestros huéspedes, que se encuentran con algo distinto sin dejar de ser lo que somos -explica Atón Rodríguez-. Desde profesionales que están por trabajo en la isla y necesitan un espacio funcional hasta turistas de todo el mundo que están haciendo el Camí de Cavalls y que llegan a un hostal donde se cuidan los detalles”.

“Expresamente hemos querido crear espacios acogedores para charlar o trabajar, como el Coffe Corner, que gustan mucho”, añade Atón. “Estamos disfrutando mucho en todo este proceso de cambios que vamos imprimiendo, pero todavía nos queda”, señala la directora.

Durante este 2018 van a seguir remodelando las habitaciones que les falta por renovar, pero en mente también tienen poder disponer de una sala para conferencias que actualmente es un almacén o abrir una zona interior para que se convierta en un pequeño patio. Una de las cosas que no ha cambiado en el Jume Urban Rooms es que siguen trabajando las siete personas que lo hacían cuando entró la nueva dirección y que están contribuyendo también a hacer realidad la transformación.