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La reciente publicación del INE de datos turísticos del mes de julio ha provocado una excitada respuesta en muchos medios de comunicación con exclamaciones como “derrumbe” o “estrepitosa caída”, que para nada reflejan la realidad. Es más, lo que demuestran estas cifras es la resiliencia del sector turístico español frente a unas circunstancias claramente negativas.

En Europa, el verano más caluroso que se recuerda, el Mundial de fútbol, varias huelgas de Ryanair, el desplome de la lira turca, la devaluación del yuan-reminbi por la guerra comercial con Estados Unidos, que aunque no ha hecho disminuir el número de chinos que han salido al extranjero, sí ha favorecido a los destinos cercanos sobre los lejanos al haberse encarecido el precio del combustible por las tensiones políticas consecuencia de las sanciones a Irán, son algunos factores determinantes.

Además, uno de los principales touroperadores rusos quebró, sumando dificultades a la caída del rublo. La libra británica ha perdido valor desde que se inició el proceso del brexit y la tensión política en Catalunya ha seguido siendo visible en las calles. Realmente es difícil que tantas circunstancias negativas coincidan. Uno de los pocos factores positivos ha sido el valor al alza del dólar.

El descenso de viajeros extranjeros en julio no ha llegado al 2%, en cambio la disminución en el número de pernoctaciones hoteleras ha sido mayor, especialmente la de los alemanes, que ha superado en 11%, tras los malos resultados de junio. La ocupación hotelera de Baleares se incrementó ligeramente, especialmente en Mallorca, demostrando la rentabilidad de las inversiones realizadas en los últimos tres años en la modernización hotelera. También en Canarias los hoteles de 5 estrellas han tenido mejor ocupación que los de categorías inferiores.

Tras la subida del año pasado los precios este año se han mantenido estables. El factor de ocupación ha bajado un punto y medio y la duración de la estancia retrocede muy ligeramente.

Tanto el gasto total como el diario han mejorado, pero esto puede deberse al incremento de los precios del transporte, al mayor gasto total de los procedentes de países lejanos y a la marcha de familias alemanas y británicas con menor gasto total. Los datos del Banco de España de balanza de pagos llegan solo hasta mayo y muestran un ligerísimo incremento. Habrá que esperar a los resultados de los meses de verano para sacar conclusiones. En resumen, el sector está aguantando correctamente estos difíciles tiempos.