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Los políticos occidentales son esclavos de la reválida a la que se enfrentan cada cuatro años en las urnas. Este sistema, a diferencia de lo que sucede en países menos democráticos, léase China (por ejemplo) y tiene ventajas e inconvenientes. Algo que no funciona es el cortoplacismo y, al parecer, esa ha sido la motivación de Iván Redondo –perdón… Pedro Sánchez– al presentar el documento que voy a comentar, su Plan España 2050.

Sánchez ha presentado -dicen que elaborado por más de 100 expertos- una especie de carta a los Reyes Magos con propuestas de mejora para nuestro país. Es un documento extenso, de casi 700 páginas, pocas si pensamos lo ambicioso del proyecto. Seguro que si no lo vemos como un ejercicio de propaganda (algo inevitable) los que preferimos mirar siempre hacia el futuro –al menos para estar preparados– nos puede resultar interesante.
Cuando cayó el documento en mis manos rápidamente me interesé por averiguar el tratamiento que daba al turismo y es justo el reconocimiento que nos hace como líderes mundiales en este área. Este liderazgo ha venido de la mano, principalmente, de la alta competitividad de las empresas turísticas baleares.

Es cierto, aviso para navegantes, que en su capítulo cuarto afrontan los riesgos del cambio climático y medioambiental. El patrón “extraer, producir, consumir y tirar” no es sostenible y no lo será en el futuro. Los recursos naturales son finitos y si no adoptamos medidas –ya vamos tarde– la degradación de nuestro ecosistema se va a acelerar. El sector turístico no puede vivir de espaldas a esta realidad.

Algunos recursos naturales, nuestro principal activo, se verá afectado y las empresas turísticas y de ocio se verán obligadas a innovar y/o encontrar nuevas oportunidades de negocio.

Asimismo, el documento aborda uno de nuestros principales problemas, el débil crecimiento de la productividad y hurga en la llaga de la disyuntiva de tener que elegir entre sectores muy extensivos en mano de obra y baja productividad o baja capacidad de generación de empleo, pero muy productivos. Esta cuestión también tendría que estar en el debate de nuestro responsables políticos y líderes empresariales locales.