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La teoría sueca del amor es una película-documental, altamente recomendable, del director ítalo-sueco Erik Gandini estrenada en 2015, a la que se puede acceder fácilmente a través de Youtube. Se trata de un film tremendamente sugerente que intenta reflejar el resultado del proceso de desfamiliarización llevado a cabo en Suecia.

La socialdemocracia de Olof Palmer instigó un proyecto por el cual las personas debían depender solo del Estado y nunca de otras personas. Las mujeres no debían depender de sus maridos, ni estos de sus esposas. Incluso los niños y los ancianos tenían que tener su propio ámbito diferente de sus padres e hijos.

La cinta muestra, de forma impactante, como en la actualidad son mayoría las personas residentes en aquel país que viven solas, que apenas salen de sus apartamentos, bien caldeados, para hacer la compra. No se relacionan con nadie. Los hijos o los hermanos son seres extraños con los que apenas se tiene contacto. Tanto es el aislamiento que incluso muchos suecos mueren en soledad, por lo que existe un departamento de funcionarios especialmente dedicado a intentar encontrar a los parientes más próximos del finado, así como a hacerse cargo de su patrimonio.

De esta forma el pretendido paraíso de los intervencionistas, en el film, desvela la epidemia más grave que produce: la soledad. Una epidemia que desde el frío norte se está extendiendo por todo el mundo occidental. El Estado vela por el bienestar de los niños mediante guarderías y leyes de la infancia, con servicios de protección con capacidad de remover custodias. Los viejos son atendidos en residencias, o por instituciones domiciliarias. Los adolescentes y los jóvenes pueden independizarse de sus progenitores percibiendo ayudas estatales. La escasa procreación se realiza, con frecuencia, por inseminación para evitar las molestias, los riesgos y el esfuerzo que requiere la vida en pareja.

Por supuesto, el suicidio es una manera habitual de morir. De hecho, una de las formas de socializar que muestra la película consiste en reunirse en grupo para dispersarse después por los parques y bosques próximos en la búsqueda de personas desaparecidas que probablemente han decidido acabar con su propia vida.

Sin duda, el film busca provocar mostrando tan solo una cara de la moneda. Pero su mensaje es claro: cuando se permite que el Estado sustituya a la familia aparece el gran mal de la soledad. Visto después de la pandemia, se entiende que el confinamiento es algo así como el estado natural de los suecos.

Quizás la familia, con sus complejos lazos de interdependencia, en la que los padres cuidan a los hijos mientras son pequeños y estos hacen lo propio con sus padres cuando les llega la edad declinante, no sea únicamente una institución que se corresponde con un determinado modo de producción, tal como sugieren muchos intervencionistas, sino que tal vez forme parte de la prístina biología humana. ¡No se pierdan la película!