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A pesar de las numerosas noticias que pueden hacer daño a las bolsas tales como la inflación, una posible subida de tipos, la invasión de Ucrania por parte de Rusia o los problemas de suministros potencialmente acentuados por los confinamientos en China, los mercados europeos están resistiendo con relativa fortaleza. También es cierto que casi todas están en números rojos en este 2022, pero moderados, si lo comparamos, ya no solo con otras caídas, sino con los mínimos anuales vistos hace poco.

Es verdad que nunca le hace gracia a un inversor ver pérdidas en sus carteras, pero éstas (la bolsa europea que más cae es el DAX con un retroceso del 10%) deben ser aceptadas por cualquier persona que quiera rentabilizar de forma importante sus ahorros a largo plazo. De hecho, tal como se puede ver en el gráfico y con la excepción del IBEX-35, el resto de bolsas europeas están en positivo desde 2020 cuando desde entonces ha habido una pandemia mundial que nos ha confinado en casa, inflaciones de récord, subidas de tipos de interés tras muchos años en descenso y ahora tenemos hasta una guerra en Europa.

Estos factores son reales, no son simples ruidos que molestan al inversor para tomar decisiones de forma objetiva. Se trata de circunstancias que hay que introducir en los análisis de sectores empresariales o de las propias compañías al hacer análisis.

En estos momentos, casas de análisis y organismos económicos están publicando constantemente previsiones económicas deterioradas, el último el FMI que ha rebajado el crecimiento económico de la zona euro al 2,80% para 2022 y al 2,30% para 2023. Sin duda este entorno macroeconómico de menos crecimiento y más inflación afecta a los resultados, y por lo tanto a la rentabilidad, de las cotizadas.

Por otro lado, esta semana ha empezado la temporada de resultados. Es muy pronto para hacer valoraciones, pero ya se están viendo diferentes sectores: el lujo con Louis Vuitton o Hermes, a pesar de Rusia, o la alimentación con Danone han sorprendido gratamente al mercado y se ven poco afectados por la inflación; incluso la fabricante de microchips holandesa ASML, presentando peores resultados de lo esperado, está siendo premiada por el mercado por mantener previsiones de crecimiento en este entorno.

Los soportes que están haciendo los principales índices pueden ser muy importante para los inversores ya que están marcando niveles en los que se «amontonan» compras.

El caso del IBEX es algo diferente a los otros que veremos: tras recuperar y consolidar el nivel de los 8.400 puntos se ha «disparado» en búsqueda de los 8.900-9.200. El EuroStoxx y el DAX si plantean situaciones más similares: mientras que el índice comunitario intenta consolidar los 3.800 para buscar los 4.000 primero (que no daría mucha rentabilidad) y los 4.400 después (sí que habría recorrido); el alemán tiene el soporte actual en 14.000 y los objetivos cercano y más a largo plazo en 14.800 y 16.200 respectivamente.

Ojalá las presentaciones de resultados trimestrales que muestren cómo les afecta la subida de intereses y de inflación a las empresas marque si se alcanzar estos objetivos, pero el entorno macroeconómico y bélico pueden marcar el corto plazo por momentos.