El pasado 22 de febrero Pedro Bestard anunció su candidatura a la presidencia del Consell de Mallorca como una apuesta por el «mundo rural». Precisamente, esta instrumentalización del mundo rural o de los cazadores para conseguir réditos políticos ha disgustado a una parte de los socios federados, que consideran que si el presidente quiere iniciar una carrera política «sea cuál sea el partido con el que vaya, debería dejar la presidencia de la Federación».
Por ello, algunas sociedades de cazadores han iniciado una recogida de firmas que presentarán previsiblemente la semana que viene a la junta de la federación donde piden la dimisión de Bestard. Otras reclaman, al menos, que el presidente explique el por qué de su decisión de continuar al frente de la asociación.
Los orígenes de este malestar se remontan al pasado mes de octubre durante la Gala de Caza de la asociación. Bestard invitó a la ceremonia al secretario general de Vox, Javier Ortega Smith y a su homólogo en Baleares, Jorge Campos. Ambos políticos fueron tratados como autoridades, a pesar de no tener ninguna representación política en Baleares. Es más, también fueron protagonistas durante la entrega de los premios a los cazadores entregando trofeos y contando incluso con su propio fotógrafo. Tanto los representantes políticos presentes como los socios se sorprendieron se este protagonismo.
14 comentarios
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¡¡ Quin paperot fan aquets continuament !!
El problema no es que se haya metido en política, el problema es que se ha metido en un partido fascista.
A mi me gusta más Bestard que Ensenyat
Pero bueno, estamos en democracia o no ? acaso no puede ser un ciudadano del partido que quiera??
Todo lo contrario. Estamos encantados.
Jajaja, cacique amb “traque” i corbata, fas por
Mirando la foto sobran comentarios.
ay que ver.... no habia nadie mejor que caña?
lo mejor seria que no se presentara
Pero qué malestar ni que gaitas, todo el mundo sabe que si eres de izquierdas no puedes cazar, que eso es de fascistas. Y digo yo que qué tendrá que ver ser político con ser el presidente de una asociación de caza o de cocina. Qué mala sangre, no se le vota para una cosa o para la otra y listo.