Los resultados no son malos, especialmente si los comparamos con los de Podemos o los nacionalistas de centro derecha del PI. Ahora bien, no son buenos. Més per Mallorca contará de nuevo con cuatro diputados, aunque en esta oportunidad no serán suficientes para que un Govern progresista continúe en el Consolat de Mar. Además, ocupar solo cuatro asientos en el Parlament de les Illes Balears es la consolidación de un fracaso. Es un gran desastre, aunque ya saben que el tuerto es el rey en el país de los ciegos.
En este sentido, los actuales dirigentes del partido deberán aprovechar estos cuatro años para consolidar la estructura de la formación política y mejorar su implantación territorial. Ha llegado el momento del rearme ideológico y de repensar el proyecto. Més per Mallorca ha aguantado, pese a que durante los últimos ocho años son muchas las decepciones acumuladas. Ha llegado el momento de recuperar la credibilidad perdida con las concesiones hechas en un Govern en coalición. Més per Mallorca debe ampliar su base de votantes si quiere aspirar a alguna cosa más que ser la muleta del PSIB-PSOE.
La desaparición del PI del arco parlamentario puede ser una excelente oportunidad para ganar adeptos. Es imprescindible actualizar el mensaje e incidir en las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos, sin caer en extremismos dañinos e incomprensibles. Més per Mallorca debe realizar una profunda reflexión y una severa autocrítica. Seguro.
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