Foto de familia de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.

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EFE - VIENA Los jefes de Estado o de Gobierno de la UE concluyeron ayer en Viena el Consejo Europeo con unas conclusiones en las que la amenaza del veto español ha logrado que no se incluya ninguna referencia a la estabilización del gasto. La presidencia austriaca optó finalmente por presentar un proyecto bajo mínimos, en el que se acepta que la propuesta de la Comisión Europea, el informe del Consejo sobre la Agenda 2000 y las aportaciones de los Estados miembros sean la base de la negociación durante los próximos tres meses, lo que también beneficia a España.

La batalla entre los más ricos y los más pobres queda así aparcada para el 25 de marzo en Bruselas, fecha en la que, bajo la Presidencia alemana, deberá cerrarse el acuerdo en torno a la reforma financiera, estructural y agrícola para el periodo 2000-2006.

Los jefes de Estado o de Gobierno de la UE volverán a reunirse esta vez en Bruselas en una cumbre extraordinaria que deberá conciliar «la solidaridad interna» y la «disciplina presupuestaria», según las conclusiones de Viena.

La cumbre de Viena afirmó además que la Agenda 2000 es un conjunto de medidas «sobre el que sólo puede alcanzarse un acuerdo global», sin trocear en cualquiera de sus apartados (agrícola, de ayudas regionales y de cohesión, financiación o ampliación), como algunos Estados miembros deseaban.

El canciller alemán, Gerhard Schroeder, sobre quien recaerá el peso de la negociación (su país ostentará la Presidencia de la UE en el primer semestre de 1999), afirmó que aunque la negociación de la Agenda 2000 «es un proceso que no ha hecho más que comenzar» la voluntad es que pueda concluirse en el mes de marzo.