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Los republicanos moderados de la Cámara de Representantes se iban inclinando ayer por votar contra el presidente Bill Clinton y a favor de su destitución («impeachment») por el Congreso. La congresista por Connecticut Nancy Johnson, que copreside el grupo de republicanos moderados de la Cámara de Representantes, anunció que votará a favor de la destitución de Clinton por haber cometido perjurio.

Al igual que Johnson se pronunciaron ayer a favor de la destitución Jack Quinn, Tom Campbell y John McHugh, con lo que se reducen claramente las opciones de la Casa Blanca de evitar que la Cámara de Representantes apruebe la propuesta de destitución.

Hace unos días, la Casa Blanca estimaba que había alrededor de 30 republicanos indecisos en cuyas manos estaba el destino político de Clinton.

El número se va reduciendo y ayer, un día antes de que comience el debate en el pleno de la Cámara Baja, los republicanos indecisos no sobrepasan la veintena. El único aspecto positivo para Clinton durante la jornada de ayer fue la propuesta de su rival en las elecciones presidenciales de 1996, el republicano Robert Dole, quien aconsejó que el asunto se termine de forma inmediata con una declaración de censura de las dos cámaras del Congreso.

Mientras, con el fin de evitar una situación que, según creen, representa una «amenaza para la democracia estadounidense», diversos grupos y asociaciones ciudadanas han comenzado a movilizarse para paralizar el proceso de destitución.

Organizaciones de mujeres, grupos de trabajadores, agrupaciones de defensa de los negros y asociaciones civiles de diverso tipo presionan a los miembros del Congreso para que no voten «contra el deseo de millones de estadounidenses».

Páginas en Internet, «bancos telefónicos», comunicados conjuntos, concentraciones en diversas partes del país, actos con la participación de personajes famosos, anuncio radiofónicos y una vigilia ante el Congreso son algunas de las iniciativas que llevan a cabo estas asociaciones durante esta crucial semana.