El presidente ruso, Boris Yeltsin, hospitalizado el domingo por una
úlcera de estómago, no podrá volver al «trabajo activo» antes de un
mes, según afirmaron ayer fuentes médicas.
Yeltsin podrá «dentro de un mes volver al trabajo activo, a
condición de que el tratamiento con medicamentos tenga un resultado
satisfactorio», afirmaron los médicos, que han precisado que «es
posible que se cure sin recurrir a una intervención
quirúrgica».
En ese caso, la hospitalización durará «al menos dos semanas»,
ha dicho las citadas fuentes, señalando que el enfermo debe
mantenerse aislado y en reposo absoluto. Si el tratamiento es
eficaz, «se necesitará algún tiempo más para un total
restablecimiento», que puede pasar fuera del hospital.
La evolución del estado del presidente de Rusia determinará si
requiere una intervención quirúrgica, afirmó el director del Centro
Médico de la Presidencia, Serguéi Mironov.
El facultativo indicó que el próximo miércoles el presidente
ruso será sometido a una gastroscopia de control para decidir la
táctica terapéutica a seguir.
Lo que si está ya claro el que Yeltsin no podrá subir a un avión
antes de dos meses y medio o tres meses, lo que excluye su visita a
Francia a fines de enero, afirmó el jefe de los médicos del
Kremlin.
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