Los mineros rumanos han puesto fin a una huelga de dos semanas tras
lograr un acuerdo con el Gobierno, que ha concedido a los
huelguistas un aumento salarial del 30 por ciento. La jefa del
gabinete del gobernador de Vilcea (centro), Iuliana Craciun,
anunció el fin del conflicto que ha puesto al país al borde del
estado de emergencia diciendo que «el conflicto ha terminado y los
mineros regresan a sus casas».
Los mineros del valle de Jiu (centro) recibieron la orden de
dirigirse a los autobuses que les conducirán a Petrosani (centro),
mientras el ministro de Finanzas, Decebal Traian Remes, uno de los
miembros del Gobierno que participó en las negociaciones de Cozia,
localidad situada a 170 kilómetros al oeste de Bucarest dijo al
término de la reunión: «A partir de ahora vamos a contar con paz
social».
Remes, que no detalló las condiciones del acuerdo alcanzado con
los huelguistas, se limitó a indicar que no había «ni vencedores ni
vencidos».
El primer ministro rumano, Radu Vasile, que en la noche de
miércoles y ante la determinación de los mineros de proseguir su
marcha hacia Bucarest decidió sentarse a negociar con los
huelguistas, ratificó que éstos habían decidido poner fin a la
marcha y volver a sus casas.
De manera ordenada los mineros se dirigían en silencio a las
decenas de autobuses que les esperaban con el motor en marcha y en
los que viajarían con destino a sus lugares de origen.
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