Vernon Jordan, amigo de Bill Clinton, prestó ayer una nueva
declaración jurada, con la que los fiscales intentaron aclarar si
el presidente de Estados Unidos obstruyó la justicia. A puerta
cerrada en una sala del Senado, Jordan, un influyente abogado de
Washington, fue entrevistado por unas tres horas sobre sus intentos
de conseguirle un trabajo a Mónica Lewinsky.
Los fiscales tratan de probar que la intervención de Jordan, a
solicitud del presidente Clinton, era una forma de comprarle el
silencio a la joven ex becaria de la Casa Blanca, aunque la propia
Lewinsky ha negado esa teoría. También ha habido discrepancias en
los testimonios de Jordan y Lewinsky en torno a la devolución de
los regalos que Clinton le dio a la joven y si en algún momento el
abogado tuvo conocimiento de la relación íntima entre el presidente
y la ex becaria.
Lewinsky dice que Jordan supo de algunos de los regalos y que le
contó de las conversaciones eróticas que tenía con el presidente,
pero el amigo de Clinton lo ha negado.
El testimonio de Jordan es el segundo autorizado por el Senado
de Estados Unidos, como parte del juicio político contra Clinton,
que está acusado de perjurio y obstrucción de la justicia a causa
del escándalo sexual con la joven Lewinsky.
El foro de Davos
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