Momento de la histórica votación para destituir al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

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FRANCE PRESS/EFE - WASHINGTON El proceso de destitución contra el presidente estadounidense, Bill Clinton, concluyó ayer con un sonado fracaso de los republicanos, después de que el Senado, tal y como estaba previsto, no sólo rechazase los cargos de perjurio y obstrucción a la Justicia sino incluso la posibilidad de una moción de «castigo». «Se ordena y se falla que el llamado William Jefferson Clinton queda absuelto de los cargos de los artículos». Tales fueron las palabras del presidente de la Corte Suprema, William Rehnquist, para anunciar el veredicto final del proceso de «impeachment».

Ninguno de los dos artículos de destitución consiguió la mayoría de dos tercios "67 escaños de 100" para destituir al presidente, ni tampoco la mayoría absoluta de 51 votos, a pesar de que la Cámara Alta está controlada por los republicanos. El primer artículo, el de perjurio, fue rechazado por mayoría absoluta, al votar 55 senadores «no culpable» -diez de ellos republicanos" y 45 «culpable». En cuanto al de obstrucción a la justicia, fue rechazado y tampoco obtuvo la mayoría absoluta, con 50 votos de «culpable» y 50 de «no culpable», cinco de ellos también republicanos.

Además, el Senado, en el que ningún demócrata votó en favor de la destitución, rechazó la posibilidad de debatir una moción de «castigo», lo que pone punto final a los intentos para condenar «moralmente» al presidente.