Fuerzas serbias y separatistas albaneses se enfrentaron de nuevo
ayer en Kosovo, mientras la comunidad internacional sigue
esforzándose por detener un conflicto a punto de cumplir un año y
que ya ha causado unas 2.000 muertes.
Un convoy del Ejército de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) fue
atacado por la mañana en la zona norteña de Vucitrn por insurgentes
albaneses, que hirieron a un soldado, según la versión serbia.
Fuentes serbias calificaron los combates de «incidente aislado» de
poca gravedad. Según el independentista Centro Informativo Kosovar
(KIC), los combates fueron «cruentos», pero se desconoce si hubo
víctimas.
Por su parte el presidente serbio, Milan Milutinovic, declaró
ayer en Rambouillet que una «presencia internacional» en Kosovo
puede ser discutida si se llega a «un buen acuerdo». Milutinovic no
habló de «presencia militar» sino «presencia internacional»,
mientras que Estados Unidos exige una presencia militar
internacional bajo mando de la OTAN. Mientras tanto la UE se
declaró ayer dispuesta a levantar, gradualmente, las sanciones
económicas a Belgrado si serbios y kosovares alcanzan finalmente un
acuerdo sobre el estatuto futuro de Kosovo.
Cuando se acerca el plazo final, (se cumple hoy al mediodía),
los Quince quisieron hacer su aportación a un compromiso ofreciendo
a la parte serbia recompensas económicas si levanta sus reservas al
capítulo militar del acuerdo.
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